Cisnero Rodríguez
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de sus relaciones de pareja, en los últimos 12 meses de su vida. Mientras, 39,6 por ciento de
las mujeres encuestadas expresaron haber sufrido violencia en sus relaciones de pareja en
otros momentos de su vida (CEM/FMC, ONEI, 2018).
En 2019, el Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre Guía básica para personal que
brinda servicios telefónicos de atención a la violencia basada en género la
implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reportó, por primera
vez, la tasa de femicidios ocurridos en el 2016, cuyo valor fue de 0,99 por cada 100.000
mujeres de 15 años y más (Proveyer, 2020, p.9).
El desarrollo del ciclo de la violencia en la mujer
Tantos familiares, amigos, profesionales y en los centros de denuncias de estas agresiones
se preguntan el por qué la mujer no rompe con esta relación enferma que genera este tipo de
violencia. La búsqueda de la sociedad de encontrar las causas de esta situación enfocándose
en la mujer y no en el hombre “reflejan el desconocimiento del proceso de los malos tratos, la
desvalorización social y la naturalización y normalización de la violencia contra las mujeres en
nuestra sociedad” (Ruiz y Blanco, 2004, p.43).
La mujer que cae en la trampa de la narrativa del hombre de la desvalorización, la agresión y
el arrepentimiento es lo que se conoce como el ciclo de la violencia expuesto por la
investigadora estadounidense Leonore Walker en 1979, quien explica cómo se produce y se
sostiene la violencia en la pareja. Estas fases son:
La fase de tensión se caracteriza por una línea de progresión de la tensión que hacen
aumentar los conflictos, peleas en la relación, que se denotan en las primeras manifestaciones
sutiles de violencia sin llegar a la agresión de un hombre que luego debuta como violento. En
consecuencia, la mujer busca al estar en estado de angustia, ansiedad, miedo y desilusión
calmar y complacer sus mandatos en todas las esferas de su actuación
Fase de agresión, Pueden estallar los distintos tipos de violencia: violencia física, violencia
sexual, maltratos psicológicos y emocionales, maltratos sociales como humillaciones y
descalificaciones en público, maltratos económicos, como el control del dinero y su acceso.
Es en esta fase cuando la mujer suele denunciar los malos tratos y en la que puede decidirse
a contar lo que le está pasando, buscar ayuda, separación de la pareja ya que se empiezan
a percibir sentimientos de odio, impotencia, soledad y dolor.
Fase de conciliación o «luna de miel», en la que el hombre violento se arrepiente, pide perdón,
le hace promesas de cambio o le hace regalos. Este momento supone un refuerzo positivo
para que la mujer mantenga la relación. También le permite ver el lado bueno de su pareja,
fomentando la esperanza y la ilusión de que puede llegar a cambiar.