ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Relación entre las actividades lúdicas y la coordinación motriz en estudiantes de básica elemental
Relationship between play activities and motor coordination in elementary school students
Alex Darío Buenaño Buenaño I
I.. Facultad de Cultura Física. Carrera de Docencia en Cultura Física, Universidad Central del Ecuador. Quito,Pichincha, Ecuador
Email: adbuenanob@uce.edu.ec. ORCID: https://orcid.org/0009-0004-5397-8050
Recibido: 03/09/2023 Revisado: 19/09/2023
Aprobado: 19/09/2023 Publicado:01/10/2023
RESUMEN
El presente artículo de investigación documental tiene como objetivo determinar la relación entre las actividades lúdicas y la coordinación motriz en estudiantes de Educación General Básica (EGB), en el subnivel elemental. El proceso metodológico seleccionado se estructuró, en la revisión sistemática de los últimos seis años de artículos e investigaciones, empleando como principio de búsqueda las bases de datos multidisciplinaria, reunida en sistemas electrónicos como Scielo, Scopus, Google académico y Dialnet entre otras, que se enfocaron en el tema mencionado y desarrollados en el idioma español, mediante la declaración PRISMA. El resultado obtenido permitió determinar el efecto de las actividades lúdicas en la coordinación motriz, a su vez, la importancia y beneficio en el fortalecimiento de las habilidades coordinativas durante su crecimiento y desarrollo para optimizar el fortalecimiento físico durante la edad escolar. Asimismo, el desarrollo coordinativo está estrechamente relacionado con la práctica de la actividad física y las actividades lúdicas.
PALABRAS CLAVE: actividades lúdicas; juego; desarrollo de las habilidades; educación básica; desarrollo motor.
ABSTRACT
The objective of this documentary research article is to determine the relationship between play activities and motor coordination in elementary general basic education students. The selected methodological process was structured in the systematic review of the last six years of articles and research, using as a search principle the multidisciplinary databases gathered in electronic systems such as Scielo, Scopus, Google academic and Dialnet among others, which focused on the mentioned topic and developed in the Spanish language, through the guidelines of the UNIANDES statement. The result obtained allowed to determine the effect of play activities on motor coordination, in turn, the importance and benefit in strengthening coordination skills during their growth and development to ensure physical strengthening during school age. Likewise, coordination development is closely related to the practice of physical activity and play activities.
KEYWORDS: free time activities; game; skills development; basic education; motor development.
INTRODUCCIÓN
El Estado ecuatoriano, en su correspondiente Ley del Deporte, Educación Física y Recreación en su artículo 81, expone:
La Educación Física comprenderá las actividades que desarrollen las instituciones de educación de nivel prebásico, básico, bachillerato y superior, considerándola como un área básica que fundamenta su accionar en la enseñanza y perfeccionamiento de los mecanismos apropiados para la estimulación y desarrollo psicomotriz. Busca formar de una manera integral y armónica al ser humano, estimulando positivamente sus capacidades físicas, psicológicas, éticas e intelectuales, con la finalidad de conseguir una mejor calidad de vida. (Asamblea Nacional, 2015, p. 17)
De manera que, los años de educación general básica elemental, representan un momento crucial para fomentar el desarrollo de las personas, así como la conexión y la interacción positiva entre diferentes grupos sociales y culturales. Durante este período, se desarrollan y transmiten valores y actitudes compartidos que son indispensables para la convivencia social y para promover el crecimiento y la cohesión social en la comunidad. Es por ello, que la Educación General Básica (EGB), es uno de los momentos donde se fortalece el desarrollo motriz y las habilidades coordinativas en los estudiantes. De la Rosa et al. (2019) plantean que a partir de metodologías, estrategias y actividades se fortalece la enseñanza.
Al respecto, Caballero (2021) considera que las actividades lúdicas promueven esta coordinación motora porque estimulan la actividad cerebral, desarrollan habilidades sociales y emocionales, mejoran la salud y el bienestar y estimulan el desarrollo cognitivo. Por lo tanto, es importante considerarlo en las planificaciones escolares, para promover un enfoque equilibrado entre el juego y el aprendizaje.
Los problemas de coordinación motriz se han presentado en el contexto educativo en algunos países. En el ámbito internacional, un estudio en Alemania determina que el problema de coordinación afecta en un 4,7% de los niños (Graf et al.,2004). Así mismo, un estudio desarrollado en España corroboró que más del 40% de la población presenta un problema de coordinación, específicamente detectado en infantes de 7 a 10 años (Torralba et al., 2016), lo que evidencia la falencia real y el poco interés que se ha dado por resolverlo, por lo cual, la descripción de la problemática en niños se manifiesta en torno al desarrollo de las habilidades motoras, en especial, cuando no se emplean actividades focalizadas para fortalecerlas.
Esta realidad descrita se presenta en las instituciones educativas del Ecuador, donde los estudiantes no participan de manera espontánea en las actividades lúdicas y motrices que se plantean desde la educación física. Torralba et al. (2016) describen que generalmente prefieren simplemente utilizar la pelota para jugar, el uso de aparatos electrónicos o mantenerse activos en medios digitales. Al respecto, posiblemente la falta de motivación en la actividad física hace poco atrayente practicar actividades lúdicas; por ello, la importancia otorgada a la práctica de éstos, de manera planificada y orientada, puede conllevar al fortalecimiento en las habilidades coordinativas, ya que afecta de manera considerable el desarrollo integral durante las primeras etapas de crecimiento (Rodríguez et al.,2020).
En virtud de ello, se plantea como objetivo determinar la relación entre, las actividades lúdicas y la coordinación motriz, en estudiantes de Educación General Básica en el subnivel elemental. Bajo este enfoque, los objetivos específicos conformados fueron: determinar las actividades lúdicas aplicadas en la educación básica elemental mediante el análisis de investigaciones bibliográficas previamente realizadas; asimismo, identificar los beneficios de la coordinación motriz en niños de edad escolar básica elemental. Y, por último, analizar la importancia de la actividad lúdica en la coordinación motriz en niños de educación básica elemental.
La problemática que se presenta en el nivel de básica elemental se orienta en el desarrollo de la coordinación motriz que predomina las funciones en las actividades de educación física, por lo cual, el desarrollo integral de los niños, especialmente en las edades tempranas, se ve afectada por la limitada disposición de actividades lúdicas que estén organizadas como una herramienta pedagógica valiosa para estimular el contexto físico y la salud del estudiantado. En este sentido, conocer más sobre lo referente a la coordinación motriz constituye un fundamento necesario que permitió analizar la importancia de esta habilidad para el movimiento, el equilibrio, la postura y la expresión corporal.
En relación con lo social, a partir de este estudio los beneficiarios directos serán los estudiantes de educación general básica elemental y docentes de educación física, así como la población en general. Es por ello que, en lo teórico, se justifica desde la necesidad de entender el comportamiento y avance de las variables propuestas, desde la mirada de la rigurosidad científica, por lo que es posible conocer lo que han escrito otros investigadores, ejecutar consultas y generar información.
MÉTODOS
El proceso de obtención de la información se realizó mediante una revisión sistematizada. Las publicaciones fueron obtenidas en las bases de datos proporcionadas por los sistemas de búsqueda de Dialnet, Scielo, Google académico y Redalyc. Así mismo, se excluirán estudios publicados que no estuvieran en el idioma español y que no pertenecían a la fecha indicada, correspondientes a fuentes que estén publicadas antes del año 2018. Las publicaciones se obtuvieron sistemáticamente utilizando palabras claves como: actividades lúdicas, coordinación motriz, educación básica elemental, desarrollo motor
También se tomó en cuenta conectores como “o”, “y”, “en”, “entre” con la finalidad de que exista una relación entre los términos. Al respecto, el proceso de selección y los criterios de elegibilidad fueron: a) se encuentren relacionados con el contexto de la educación, recreación y salud, b) estudios publicados con una antigüedad de seis años. c) los estudios que estén escritos en el idioma español. d) Relación entre las dos variables (actividades lúdicas y coordinación motriz). En función del planteamiento metodológico, se estructura la figura 2.
Figura 1. Proceso metodológico de inclusión y exclusión bibliográfica
RESULTADOS
Primeramente, es relevante destacar como variable del análisis, las actividades lúdicas. En torno a ello, según Candela y Benavides (2020), desempeñan un papel fundamental en la formación del estudiantado. De la misma manera, fomentan el aprendizaje y el desarrollo integral de los educandos, estimulando habilidades cognitivas, emocionales, sociales y físicas. Es por ello que, el empleo de actividades lúdicas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, permite que el estudiantado participe activamente en la educación, explorando, descubriendo y solucionando desafíos de manera significativa. Son esenciales para el crecimiento personal y académico de los seres humanos (Chipana, 2022).
Dentro de esta perspectiva, la palabra lúdica proviene del latín “ludus” que significa juego. En este sentido, está caracterizada por estar centrada en transmitir diversión y énfasis a una acción a desarrollar. Es así como Navarro et al. (2015), mencionan que el juego es libre, espontáneo y no condicionado por refuerzos o acontecimientos externos, en modo que genere esa satisfacción al desarrollarlo. Las actividades lúdicas están orientadas a la formación integral necesaria para el desarrollo humano, así mismo rompen con los esquemas monótonos tradicionalistas y fortalecen los ambientes de aprendizaje significativos, virtud de lo cual son grandes motivadores intelectuales.
Las actividades lúdicas hoy en día están conformadas por un grupo de acciones que generan un ambiente motivador y estimulan la capacidad de los niños para el aprendizaje más duradero. En este sentido, se favorece la coordinación motriz porque constituye un apoyo para su desarrollo en el progreso físico. Para ello, Bennasar (2020) considera que todo lo lúdico utilizado para el aprendizaje representa la atmósfera pedagógica que permite manifestar las emociones y ayuda a que los estudiantes interactúen positivamente con el grupo y por supuesto con el entorno. Para el autor, las verdaderas experiencias de aprendizaje se logran cuando los estímulos son significativos y se hace que la participación surja a través de elementos que sean de las experiencias y, a la vez, espontáneo porque origina satisfacción a través de las formas como el individuo simboliza los hechos que favorecen su conocimiento.
Bajo este enfoque, el autor expresa que cuando existe diversidad en las manifestaciones de alegría y relajación por parte de los niños es cuando verdaderamente se presenta actividades formativas que van destinadas directamente a formarlos en todo su contexto. Es por ello importante que, en la expresión para el aprendizaje, ya sea desde la lectura hasta simples movimientos coordinados, se utilicen actividades que reflejen la incorporación de estrategias y juegos que promuevan la participación, enseñe y se logre el objetivo que es aprender (Bennasar et al.,2023). En este sentido, en el contexto educativo las acciones lúdicas fortalecen también los diferentes conflictos que los infantes puedan presentar para desarrollar cualquier destreza académica, en especial, aquellas que se manifiestan a nivel emocional o cognitivo.
Ahora bien, analizar la importancia de las actividades lúdico-recreativas es también evocar las diversas acciones que son utilizadas con la finalidad de diversión principal, porque permite que los niños logren disfrutar lo solicitado a través de transmitir emociones, bienestar físico, desarrollo motriz y el deseo de competencia relacionado con el ejercicio. Es por ello, que Chiquillo (2021) identifica en las acciones lúdicas y recreativas una forma de convertir la actividad cotidiana en aprendizaje, porque formulan estrategias para el disfrute y también consolida los mecanismos diferenciales que adaptan cada acción con base a las necesidades e intereses del grupo al cual va dirigido. Cuando se detallan los principios de la lúdica recreativa Boza y Charchabal (2022) establecen que los mismos deben identificarse a través de los lineamientos que describe la salud física, la motivación y la empatía hacia el conocimiento de los componentes que desarrollan el aprendizaje integral.
De acuerdo con los autores mencionados, parte de las actividades lúdicas y la misma recreación conlleva a la implementación del juego como técnica, porque permite obtener beneficios rápidos en el desarrollo integral del individuo, especialmente, porque fomenta y estimula la creatividad y, a la vez, facilita la participación activa en las acciones que estimulan sus habilidades personales.
La función del juego contribuye a que el proceso de enseñanza aprendizaje mantenga el interés en la práctica de actividades, a su vez le ayuda a coordinar las funciones motrices porque implementa modalidades didácticas que hoy se logran por movimientos sencillos como correr, hacer giros, desplazarse de un lado u otro, lanzar objetos y recibirlos; todos estos aspectos hacen que el niño se sienta confortable, mejore su capacidad de análisis e intervenga en los movimientos porque siente el estímulo referencial (Boza y Charchabal, 2022).
Con respecto a estos planteamientos que favorecen al juego como parte del componente lúdico, Barreno (2022) señala que incorporar estas formas de esparcimiento en las actividades físicas de los niños, permite experimentar y generar formas creativas de movimientos, en especial, si facilitan la armonía y precisión del cuerpo. Con este referente del autor a través de su investigación, se detalla que los movimientos logrados por medio del juego ayudan a conocer cada disposición del cuerpo para generar respuestas físicas, esto facilita la autonomía, mejora la autoestima y dispone de acciones para lograr un equilibrio permanente en el movimiento.
El juego es una actividad lúdica que tiene una gran importancia para el desarrollo de la coordinación motriz y otras áreas del desarrollo cognitivo, emocional y social. El juego permite a los niños aprender jugando, disfrutando y compartiendo con otros. Una de las actividades lúdicas beneficiosas para el desarrollo de la coordinación motriz, significativamente está basada por medio de las funciones que se fortalecen a través del juego.
La segunda variable es la coordinación motriz, que se refiere a la sincronización de los movimientos corporales, conocida como coordinación motora, abarca desde el desplazamiento básico, como andar, hasta la ejecución de tareas más avanzadas, como superar barreras en la carrera. Esta capacidad es esencial para el desarrollo físico y el dominio de habilidades motoras, permitiendo ejecutar movimientos fluidos y precisos en diversas circunstancias.
En el mismo contexto, Rigoli et al. (2020) señalan que la mala coordinación motora hace que la participación en deportes que requiera desplazamientos, manipulación y agilidad sea considerablemente complicada, y expone al niño a la vergüenza y ridículo, ante lo señalado el niño tiende a menospreciar la actividad física para no ser expuesto o señalado por sus compañeros, lo que ocasionaría un paso al sedentarismo que cada día se incrementa.
La coordinación motriz y su definición en el desarrollo infantil son analizadas en estudios y planteamientos científicos. Rosa et al. (2021) identifican en la coordinación motriz las manifestaciones que contribuyen para hacer funcionar los diferentes elementos del cuerpo que dan respuesta y permiten adaptarse al entorno que estimulen las acciones. Las coordinaciones incluyen movimientos que se reflejan a través de las habilidades motoras finas o gruesas. Las habilidades finas recrean la destreza manual y es más delimitada hacia la singularidad de movimientos uniformes y específicos. Las habilidades gruesas están orientadas al mantenimiento del equilibrio y el dinamismo de respuestas como movimientos más efectivos y coordinados.
A estos componentes explicativos, Munzon y Jarrín (2021) consideran que la coordinación motriz está reflejada por esos movimientos sincronizados que permiten a los individuos realizar acciones ya sean simples o complejas, de una forma que, las referencias del desplazamiento susciten maniobras como correr, pasar obstáculos o solamente caminar. Asimismo, Bennasar et al. (2023) complementan a esta acción motora, aquellas funciones que se desarrollan a través de la capacidad cerebral, ya que este órgano es el que permite producir los movimientos que los músculos del cuerpo enfatizan para poder manifestar las respuestas o las precisiones que se requieren en el momento de alguna acción.
Estas acciones cotidianas, desde escribir palabras, hasta desplazarse independientemente, se producen a lo largo del desarrollo individual, pero requiere de constante práctica y adecuado estímulo para que ese fortalecimiento esté adecuado según el nivel que se avanza y la destreza que se procura. Ambos autores enfatizan en la coordinación motriz es esa capacidad ordenada que tienen los individuos para responder acciones de una tarea concreta, haciendo uso de movimientos armónicos que precisa el desarrollo de las funciones y, a su vez, identifica las estrategias para hacer eficaces, con los desplazamientos necesarios.
Bennasar et al. (2023) complementa que, durante la etapa de desarrollo infantil, todos los componentes que intervienen en la salud y su bienestar son necesarios para lograr una buena coordinación motora y generar elementos físicos razonables para contribuir a la formación de destrezas adecuadas. Es por ello necesario el estímulo hacia la actividad física para fortalecer, no solo los órganos del cuerpo, sino también, las destrezas externas que faciliten movimientos coordinados de atención y acción.
Cuando se analiza la importancia en el desarrollo de las capacidades motoras y la coordinación en los movimientos de los individuos, es necesario destacar la coordinación motora según la teoría que manifiesta Nicolás Bernstein para entender la necesaria conjunción entre la capacidad cognitiva y perceptual de las personas, y la integración de la información que producen los movimientos precisos y las respuestas coordinadas según los estímulos. Bennasar et al. (2023) identifican en la teoría de Bernstein una referencia importante para explicar la capacidad que tiene el individuo de ajustar la actividad del músculo y del movimiento según las necesidades que son demandadas por el entorno, o por la misma información cerebral que transmite el movimiento.
La coordinación motriz se enfoca a través de diferentes acciones que son los que permiten el control de los movimientos, y las destrezas para identificar cada tarea que ejercitan las partes del cuerpo en armonía, junto al componente cognitivo. En este sentido Munzon y Jarrín (2021) identifican los tipos de coordinaciones motrices que son característicos (Figura 1).
Es cierto que la aplicación de actividades lúdicas tiende a ser significativo para el desarrollo integral de los niños desde las primeras etapas. Pero es necesario la valoración de algunos componentes que puedan ser considerados para fomentar su desarrollo motriz y, de esta forma, no se obstaculice debido a situaciones físicas o aquellas que no son correspondientes a su proceso evolutivo normal. En concordancia, Vidarte et al. (2018) identifican como uno de los principales problemas en la coordinación motriz, los déficits que se presentan a nivel de maduración en correspondencia a la edad cronológica presentada por los infantes.
Figura 2. Tipos de coordinaciones motrices.
Fuente: Adaptado de Munzon y Jarrín (2021).
Esta situación, producto de la evolución distorsionada, genera diversos trastornos relacionados con la coordinación y simetría de los movimientos, característicos cuando se pierde el equilibrio, se tiene constante inestabilidad física, no se presenta control cuando se realizan actividades físicas, entre otras, porque se asocian a los temores frecuentes por la misma inestabilidad y, otras más complejas, que se asocian a la incapacidad física total (Vidarte et al., (2018).
Además, Munzon y Jarrín (2021), y Boza y Charchabal (2022) identifican los problemas motrices cuando se observa en los infantes la posición corporal, la caminata y las diversas carreras que tienden a ser incorrectas y sin fluidez porque tienden a tropezar, caerse y se les dificulta mantener la posición corporal básica. Aunado a ello, la inestabilidad en el contexto general es el principal elemento que tiende a generar niveles variados en la coordinación motriz y a su vez incide en la condición física, el aumento de la fatiga, la simetría de movimiento, el sentido práctico para generar direcciones seguras, todo unido al desarrollo cognitivo y social del aprendizaje que también se ve perjudicado para su crecimiento.
Es sabido en el desarrollo integral de los niños en edad escolar, que la coordinación motriz fomenta un proceso armónico y esencial que permite la agilidad para generar las respuestas a elementos de la motricidad fina y gruesa, junto con el desarrollo de acciones que estén basados en instrucciones superiores o complejas, posibilitando a niñas y niños, desde las etapas iniciales, acondicionar respuestas mentales, junto con las actividades manuales, para lograr objetivos educativos necesarios en su formación (Morales, 2019).
En este sentido, el desarrollo integral de los niños en edad escolar es definida por la Unesco (2020) como un conjunto de estrategias que, de forma relacionada, se promueven para que el crecimiento, estimulación de capacidades y destrezas, así como la maduración, son concebidas para lograr satisfacer las necesidades de formación en el contexto cognitivo, social y afectivo. Bajo esta perspectiva, se identifica la necesidad de fortalecer toda estrategia que esté vinculada a lograr esta construcción integral, con el propósito de promover un desarrollo efectivo en el crecimiento gradual de cada infante.
De igual manera, Rodríguez et al. (2020) consideran importante el desarrollo de acciones que permitan orientar las instrucciones, para generar una coordinación equilibrada en los infantes y fomentar una educación más saludable hacia el progreso de las habilidades necesarias y requeridas en su evolución. Es por ello necesario que el proceso académico regule y oriente los conocimientos y habilidades a adquirir, para garantizar un saludable desarrollo de las relaciones motoras, e individualmente, crear diversas estrategias que sean implementadas para generar un mayor acceso al fortalecimiento de las funciones motoras, garantizando el correcto desarrollo y desenvolvimiento acorde a su edad.
En referencia a estos planteamientos, la coordinación motriz siempre será un requerimiento importante en la educación porque influye directamente en cada uno de los resultados académicos que los niños en las etapas iniciales necesitan adquirir, para ir progresando en su formación. Es por ello, que una base importante para un aprendizaje garantizado es crear un equilibrio entre los componentes del movimiento físico y aquellos integrados en la parte cognitiva, porque esa coordinación en los primeros años de vida genera la capacidad consciente para crear un esquema de la formación corporal que controle cada movimiento, cada respuesta y por ende la organización del espacio.
De acuerdo con los enfoques saludables que orientan la importancia de la actividad física, son variados los planteamientos que reflexionan sobre el fundamental proceso para la salud integral de las personas, en especial, el fortalecimiento muscular en las primeras edades. Para ello, la práctica constante de alguna actividad que emplee movimientos y coordinación muscular es vital para que niños en edades escolares impulsen, no solo hábitos saludables, sino también, desarrollen sus funciones físicas, cognitivas y sociales para obtener un crecimiento beneficioso y óptimo (Munzon y Jarrín, 2021).
A su vez, la promoción de actividades lúdicas más reguladas hacia el fortalecimiento motor, serán mecanismos de acciones que aseguran el ejercicio de la actividad y movimiento físico. En dirección a lo planteado, los beneficios y la importancia de implementar una actividad en los infantes, genera un desarrollo óptimo para garantizar la salud mental adecuada, que evite cualquier tipo de inconvenientes a nivel físico, o que pueda generar en su proceso formativo, problemas para su crecimiento (Unicef, 2019).
Aunado a este planteamiento, Sánchez et al. (2019) complementan dentro del desarrollo motriz y la importancia de la actividad física, lo relevante cuando se determina en la práctica los componentes motivacionales, ya sean internos o externos, que deben ser impulsados en los niños y adolescentes para promover con mayor eficacia el desenvolvimiento de las acciones motrices, generando en ellos el incentivo necesario que garantice su participación en el propio desarrollo y sentido de identidad con el entorno.
Para analizar los componentes que intervienen en el estudio planteado, es necesario destacar algunas investigaciones que enfocaron su desarrollo en las actividades lúdicas y la coordinación motriz. Primeramente, Munzon y Jarrín (2021) desarrollaron un estudio cuantitativo en el que determinaron la eficacia de las actividades lúdicas para obtener resultados favorables en la coordinación motriz que se realizan en clases de educación física. Es así como lograron identificar que el 68,75% de docentes participantes en el estudio manifestaron que las actividades lúdicas mejoran la coordinación motriz.
Asimismo, Barreno (2022), destacó en su investigación el desarrollo de juegos como actividades lúdicas para fortalecer la coordinación motriz en estudiantes de educación general básica. Por otro lado, fue importante analizar la investigación desarrollada por Yadaicela (2023) porque enfocó su estudio en elaborar una guía que complemente y estimule la motricidad de los niños a través de la implementación de actividades lúdicas.
Resulta fundamental realizar programas o guías que fortalezcan las motricidades de los niños, asimismo cualquier acción que mejore sus capacidades. Es por ello, que, como parte del análisis, es interesante el estudio formulado por Hayman et al. (2023), quienes establecieron como propósito, determinar las capacidades motrices de niños entre los 6 y 7 años por medio de la práctica de juegos que fortalezcan sus habilidades coordinativas, debido a que era uno de los principales problemas presentados en la unidad educativa donde enfocó la investigación.
La siguiente investigación, desarrollada por Ramírez (2023), se enfocó en implementar a través de actividades lúdicas por medio de materiales reciclados, el fortalecimiento de la motricidad gruesa en escolares pertenecientes a una institución educativa, en educación general básica. En consideración, la utilización de materiales que son localizados dentro de la institución, y la gestión creativa del reciclaje, promueve destrezas necesarias para el desarrollo necesario en la coordinación de movimientos, en especial, la motricidad gruesa.
De la misma manera, se destaca el estudio de Bennasar et al. (2023) la cual se orientó en evaluar la coordinación motriz en estudiantes pertenecientes al tercer año de un centro educativo. Los autores contemplaron dentro de su análisis conocer las diferentes coordinaciones motrices presentadas por los niños para evaluar la progresiva consecución de destrezas y el óptimo desarrollo según la edad. En el estudio se presenta una perspectiva integradora que evalúa la consecución de las destrezas de movimiento conforme se manifiesta el desarrollo y crecimiento del estudiante. Es una manera de conocer las características que contempla cada etapa del crecimiento, y así de esta forma, corresponder a actividades que se orienten al propio fortalecimiento, sin descartar cualquier acción física necesaria, o cualquier otra función que no debe ser ejecutada.
La coordinación motriz y la utilización de actividades lúdicas es una manifestación de referencias significativas de cómo el apoyo del ejercicio, las facultades de los movimientos y la propia coordinación motora permiten regular un equilibrio permanente porque son los complementos necesarios que fortalecen el aprendizaje integral, a su vez, representan el condicionante especial para asegurar en los estudiantes la salud mental necesaria que les proporcione su gradual y óptimo crecimiento.
Por otra parte, la presentación de los resultados se describe en la tabla 1 ordenando la información en forma ascendente correspondiente a los años de publicación, comprendiendo la identificación general de los parámetros que formula cada uno de los artículos e investigaciones seleccionadas y sus componentes esenciales. En este sentido, se manifiestan los aspectos que puntualizan las variables planteadas y la determinación de la relación entre las actividades lúdicas y la coordinación motriz en estudiantes.