Álvarez Gavilanes; Murillo Párraga
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a un cambio repentino, que pone en peligro el equilibrio de una organización. Según Ritter
(2013), la crisis es la condición de mayor riesgo o mínimo control que, al tener una extensa
cobertura, puede interrumpir la dinamia normal de la empresa.
La crisis como una situación que amenaza a los objetivos organizacionales y altera la relación
con sus grupos de interés, se origina por diversos factores y no necesariamente de naturaleza
grave, es suficiente que algún grupo de interés lo interprete como una alarma. La ubicuidad
es una de sus características, que implica su presencia en cualquier momento y lugar,
poniendo a prueba la gestión de la contingencia, además, elementos a tener en cuenta en la
crisis constituyen el tamaño y características específicas de las organizaciones.
Ninguna organización, por más prestigiosa que sea, se encuentra exenta de problemas en su
reputación, esta posibilidad latente, de que algún hecho pueda afectar la confianza de una
empresa, constituye el riesgo de reputación. Los principales factores que afectan la
reputación, según el estudio "Protegiendo la reputación" realizado por la consultora de
comunicación y relaciones públicas (Shandwick, 2007) y por el instituto KRC Research, con
respuestas procedentes de 950 directivos de once países de América del Norte, Brasil, Asia-
Pacífico y Europa, incluida España son: las irregularidades financieras, el comportamiento
poco ético, las brechas de seguridad y las violaciones del medio ambiente.
Por otra parte, la firma “Estudio de Comunicación”, que aborda la comunicación online, por
más de 30 años, identifica como origen más frecuente de las crisis de reputación online: las
informaciones publicadas por terceros, los rumores, el mal servicio al cliente, los productos
defectuosos, los despidos y descontento de los empleados y la suplantación de identidad.
Según García y Smolak (2013), la crisis se origina debido a la intervención de situaciones
externas e internas, lo que ocasiona un perjuicio a los objetivos empresariales.
En las definiciones precedentes se acentúan las características de incertidumbre,
desequilibrio y urgencia, que demandan planificación, comunicación, coordinación y
oportunidad. La crisis no significa necesariamente la pérdida de la reputación, en muchos
casos, con las estrategias adecuadas, las organizaciones han alcanzado mejores niveles de
credibilidad y transparencia.
Las crisis se caracterizan por la afectación a los intangibles en general y la reputación en
particular, lo que puede incidir en el patrimonio que, en el caso de las sociedades anónimas,
corresponde a una disminución del valor de mercado de las acciones.
Los principales actores o públicos que podrían verse involucrados en las crisis, según Costa
(2004), son:
a) actores tradicionales internos: empleados, departamentos o unidades de la
organización,
b) actores tradicionales externos: los clientes, proveedores y competidores,
c) actores no tradicionales internos: los accionistas y prestatarios,