Perfil del profesional en Estadísticas de Salud. Acercamiento a las dimensiones y ámbitos de actuación
Profile of the professional in Health Statistics. Approach to the dimensions and areas of action
DOI: https://doi.org/10.61154/metanoia.v11i1.3796
Yoneida Carolina Vera Rangel 1
Jesús Alfredo Morales Carrero 2
Liria Vergara de Dávila 3
1 E- mail: vrycgre@gmail.com Afiliación: Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3185-985X
2 E- mail: lectoescrituraula@gmail.com Afiliación: Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8379-2482
3 E- mail: liriavergara0410@gmail.com Afiliación: Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4551-0683
Recibido: 17/10/2024 Revisado: 25/11/2024
Aprobado: 10/12/2024 Publicado:01/01/2025
RESUMEN
Al profesional en estadísticas de la salud se le asume en la actualidad como un sujeto con el repertorio actitudinal y las competencias científicas-técnicas para enfrentar desde el manejo de datos confiables, precisos y verificables las diversas situaciones que determinan el funcionamiento y la actuación efectiva de los sistemas de salud. Esta investigación como resultado de una revisión documental, muestra un acercamiento al perfil del profesional en Estadísticas de la Salud, precisando ámbitos de actuación y procesos en los que su participación se considera indispensable para abordar con inmediatez y desde la consideración de los parámetros de la intervención preventiva la reducción de los riesgos que pudieran vulnerar el funcionamiento equilibrado de la sociedad; del mismo modo, se proponen una serie de dimensiones que configuran el complejo abanico tanto de competencias como de ámbitos en los cuales operar en función de elevar la operatividad de los centros asistenciales. En conclusión, el abordaje de los procesos de salud desde sus diversas aristas, posiciona al profesional en Estadísticas de la Salud como un agente con la formación integral para sistematizar, organizar, reportar y gestionar alternativas de solución a las situaciones que determinan la calidad de vida de la humanidad; esto significa, en el presente valerse de los aportes de la intervención preventiva, del quehacer estratégico y del abordaje oportuno, cometidos que para su consolidación efectiva requieren del manejo inteligente de los nuevos avances tecnológicos.
DESCRIPTORES: Formación, competencias, proceso, compromiso, inteligencia artificial.
ABSTRACT
The professional in health statistics is currently assumed as a subject with the attitudinal repertoire and scientific-technical skills to face, through the management of reliable, precise and verifiable data, the various situations that determine the functioning and effective performance of health systems. This research, as a result of a documentary review, shows an approach to the profile of the Health Statistics professional, specifying areas of action and processes in which their participation is considered essential to address immediately and from the consideration of the parameters of the preventive intervention, the reduction of risks that could violate the balanced functioning of society; Likewise, a series of dimensions are proposed that make up the complex range of both competencies and areas in which to operate in order to increase the operability of healthcare centers. In conclusion, approaching health processes from their various aspects and positions, the Health Statistics professional is an agent with comprehensive training to systematize, organize, report and manage alternative solutions to situations that determine the quality of life of humanity. Nowadays, this means, using the contributions of preventive intervention, strategic work and timely approach and tasks that for their effective consolidation require the intelligent management of new technological advances.
DESCRIPTORS: training, skills, process, engagement, artificial intelligence.
INTRODUCCIÓN
El profesional en estadísticas de la salud como actor sanitario y social, se asume como un sujeto con la formación integral para generar dentro de su contexto de actuación cambios y transformaciones tanto mediatas como inmediatas (Carballeda, 2012; Morales, 2021), en lo referente al abordaje de los riesgos que pudieran derivarse de situaciones emergentes asociadas con la calidad de vida y la supervivencia humana digna (Cortina, Escámez y Pérez, 1993). En estos términos, garantizar la seguridad en lo que al resguardo de las condiciones de bienestar humano refiere, constituye parte de los cometidos en los que este profesional tiene injerencia directa por contar dentro de sus competencias con el instrumental práctico y metodológico para elevar la capacidad de acción de los sistemas de atención sanitaria.
En tal sentido, se estiman como parte de sus actuaciones dentro del campo de la salud, la generación de proyecciones en momentos críticos determinantes para el funcionamiento social y comunitario, a los cuales hacer frente desde la disposición actitudinal para atender necesidades con la inmediatez oportuna que le brinda el manejo de procesos asistenciales mediados por la planificación de acciones, la organización de esquemas estratégicos de actuación y la gestión de medidas que aporten a la resolución de requerimientos que comprometen la salud de la ciudadanía (Schein, 1982).
Lo referido reitera la necesidad fortalecer las convicciones éticas y las virtudes personales en torno al servicio comprometido con la sociedad (Cortina, 2000), en el que la cooperación emerge como una posibilidad para atender no solo los requerimientos individuales sino colectivos, acercando de este modo la existencia a condiciones dignas. Estas condiciones deben entenderse, en sentido estricto, como parte de los cometidos sociales que deben regir el quehacer del profesional en Estadísticas de la Salud, y de los que se desprende la posibilidad de generar cambios significativos y trascendentales que aglutinen sinérgicamente la voluntad de todos los actores sociales (Nuñez et al, 2017).
Este compromiso con la transformación de los diversos contextos en los que se hace vida profesional, supone el despliegue de habilidades y competencias asociadas con la gestión de las necesidades particulares, a las cuales abordar desde el establecimiento de concesiones y acuerdos sinérgicos que dinamicen la existencia humana hacia fines beneficiosos para todos. En palabras de Camps y Ginger (2014), se precisa como un requerimiento para alcanzar que las comunidades prosperen, asumiendo para ello dos aspectos importantes, a decir: la formación de redes humanas de cooperación y la interacción de voluntades que ponga en diálogo los múltiples intereses.
Esto significa potenciar las convicciones en torno a la resolución conjunta de las exigencias asociadas con la trascendencia hacia nuevos esquemas de bienestar, en los que prime el mejoramiento permanente, es decir, la adopción de aspiraciones que refuercen los mecanismos de inclusión que reivindiquen la participación de todos los sujetos en la tarea de potenciar la conversión de necesidades en soluciones reales.
Esta investigación como resultado de una revisión documental, muestra un acercamiento al perfil del profesional en Estadísticas de la Salud, precisando ámbitos de actuación y procesos en los que su participación se considera indispensable para abordar con inmediatez y desde la consideración de los parámetros de la intervención preventiva la reducción de los riesgos que pudieran vulnerar el funcionamiento equilibrado de la sociedad; del mismo modo, se proponen una serie de dimensiones que configuran el complejo abanico tanto de competencias como de ámbitos en los cuales operar en función de elevar la operatividad de los centros asistenciales.
Desarrollo
Perfil del Profesional en Estadística de la Salud
La formación competitiva para la actuación pertinente y oportuna en contextos sociales complejos, exige de entre otros aspectos, la operativización de una serie de competencias sociales, personales y cognitivas asociadas con la disposición plena para interactuar con la realidad. Esto como parte de los cometidos de educación a lo largo de la vida, involucra la promoción del compromiso ético no solo de convertirse en agente activo y autónomo, sino la adopción de una profunda sensibilidad para situar soluciones en cuyo contenido se deje ver el quehacer no solo acucioso sino científico que haga posible la transformación trascendental que requiere cada dimensión de la que depende el desarrollo humano integral (Morales, 2021).
Implícitamente esto refiere al compromiso ético con la construcción conjunta de cambios sustanciales cuya trascendencia hilvanen mejoras integrales que hagan posible la consolidación del denominado proyecto común de vivir dignamente (Camps, 2000), el cual involucra cometidos tangenciales tales como el mejoramiento sistemático y progresivo de los estilos de vida, la promoción del sentido de corresponsabilidad con los asuntos de todos (Lafarga, 2016) y la disposición plena de los recursos actitudinales necesarios para gestionar requerimientos colectivos.
En tal sentido, el profesional de estadística de la salud se asume como un sujeto con la disposición para ofrecer soluciones mediatas e inmediatas a las situaciones que cotidianamente se dan en el contexto social; aportando mediante el análisis de datos confiables una amplia gama de posibilidades que le permitan al sector salud generar procesos de intervención preventiva que reduzcan los riesgos asociados con determinadas enfermedades y procesos que por su repitencia pudieran reducir las posibilidades tanto de calidad de vida como de bienestar integral (Babativa, 2017).
Desde una perspectiva amplia, el profesional en Estadísticas de la Salud se entiende como un actor estratégico sobre el que recae el compromiso de planificar, organizar y coordinar procesos decisorios en función de datos primarios, que al ser sistematizados de manera comprensible le permita a los centros asistenciales la definición de cursos de acción inmediata y futura, que le den prosecución a los planes vertebrados por el Estado en materia de atención a los requerimientos de la sociedad en lo que a salud, bienestar integral y calidad de vida refiere (Nussbaum y Sen, 1998).
También, se le reconoce como un agente con el repertorio actitudinal, las competencias profesionales y personales para valorar de formar crítica alternativas de intervención preventiva que fundadas en el uso y manejo confiables de datos reitere la confianza en las estadísticas como recurso al servicio de la construcción de respuestas con integridad a los requerimientos de cada contexto; en tal sentido, el profesional en Estadísticas de la Salud se precisa como un sujeto cuya sensibilidad interpretativa le permite identificar cursos de acción con objetividad, responsabilidad e imparcialidad, cualidades en función de las cuales generar mejorías apropiadas y trascendentales en las realidades de estudio.
En tal sentido, el profesional en Estadísticas de la Salud involucra dentro de su quehacer el uso de referentes teóricos, metodológicos y prácticos en función de los cuales impulsar procesos de transformación no solo en el sistema sanitario, sino en el contexto social y comunitario, como contextos en los cuales dar cuenta de la realidad, ofrecer posibles alterativas y motivar la toma de decisiones sobre asuntos asociados tanto con el bienestar integral como con la calidad de vida (Irigoin y Vargas, 2002).
Esto sugiere de los procesos formativos y curriculares la inserción de este profesional en al menos tres dimensiones fundamentales, a decir: la capacidad para aprender desde el compromiso y el sentido de apertura que le permita precisar de manera integral la realidad; a esto se agrega la capacidad para comprender y, en consecuencia convertirse en creador de alternativas asociadas con la resolución de problemas y la construcción de soluciones de amplio alcance; y, finalmente, enfrentar con sentido acucioso y con criterios éticos el manejo de información confidencial en razón de la cual direccionar la toma de decisiones así como la orientación hacia nuevos cursos de acción.
En estos términos, se estima que el profesional en Estadísticas de la Salud debe ser capaz de operativizar conocimientos teóricos y prácticos que una vez transferidos a contextos en situación de conflicto permitan la organización de nuevos esquemas de bienestar que revitalicen las condiciones de vida justa para todos (Aamodt, 2010; Chiavenato, 2022). En tal sentido, este profesional dentro de su repertorio ocupacional debe involucrar capacidades específicas asociadas con la planificación, organización y coordinación de acciones estratégicas en razón de las cuales fortalecer el desarrollo humano integral de la sociedad en general y de comunidades específicas (Bisquerra y Pérez, 2007; Morales, 2020).
Desde el punto de vista de las competencias socio-personales se considera imprescindible la disposición para aprender constantemente, pero además, el cultivo de otras fundamentales para el trabajo efectivo en cualquier contexto, a decir: la motivación intrínseca y extrínseca (González, 2008), la autoconfianza para gestionar necesidades propias y de terceros, el manejo de la autocrítica y la autonomía para ideas soluciones oportunas, el uso de la asertividad y la responsabilidad que permitan redimensionar el compromiso con objetivos individuales y comunes.
Si bien es cierto, estas competencias configuran las condiciones para transformar cualquier contexto en situación de conflicto, no es sino hasta la operativización de la voluntad para trabajar en equipo así como para establecer redes de cooperación humana que se logra el accionar efectivo del que depende el abordaje tanto preventivo como en lo relacionado a la intervención de problemáticas complejas. Esto supone asumir como parte del repertorio actitudinal el espíritu de colaboración que permita concertar soluciones creativas e innovadoras cuya trascendencia haga posible la emergencia de respuestas oportunas.
Dimensiones y ámbitos de actuación del Técnico Superior en Estadística de la Salud
En tiempos complejos como los que atraviesa el mundo profesional y las diversas disciplinas que conforman el plano científico, la formación pertinente se ve determinada por una multiplicidad de condiciones que instar a ampliar el radio de acción en otras dimensiones directa o indirectamente vinculadas con el campo de afiliación académica. En tal sentido, procurar la formación de sujetos competentes implica aprender a dialogar con otros saberes y conocimientos en un intento por desarrollar aptitudes y actitudes cónsonas con los requerimientos propios de una realidad cambiante y dinámica. En razón de lo expuesto, este apartado muestra las múltiples dimensiones y contextos de actuación del Técnico Superior en Estadística de la Salud, dejando ver una serie de competencias personales y socio-profesionales de las que depende su ejercicio tanto pertinente como efectivo; estas dimensiones son:
Dimensión investigación. Enfrentar con éxito las condiciones complejas, dinámicas y cambiantes exige un elevado compromiso con el manejo de herramientas de indagación profunda, así como las competencias crítico-reflexivas y analíticas para organizar la realidad, los hallazgos y la experiencia de interacción con las particularidades de cada contexto.
Este proceder como parte de las actividades ocupacionales del profesional en Estadísticas de la Salud, sugiere la disposición actitudinal para manejar datos e información con sentido riguroso, es decir, con el compromiso de identificar no solo su veracidad sino su potencial para construir y reconducir cursos de acción hacia fines más benéficos (Olivares y González, 2014). Esto implica, en sentido estricto, ser capaz de codificar y descodificar datos, así como organizarlos en reportes que motiven desde el quehacer institucional respuestas idóneas, cuya correspondencia venga acompañada por el despliegue de recursos y mecanismos de transformación, prevención e intervención.
En un mundo saturado de información de diversa índole y de datos complejos, la tarea del profesional en Estadísticas de la Salud debe girar en torno a la construcción de escenarios posibles, hacia la realización de proyecciones fundamentadas en hallazgos cuantitativos desde los cuales impulsar su desempeño exitoso y competitivo frente a las situaciones emergentes.
En tal sentido, el manejo de herramientas de investigación supone para el profesional en Estadísticas de la Salud una oportunidad para establecer vínculos entre la teoría y la praxis, es decir, entre el conocimiento existente y las circunstancias que particularizan cada contexto, a las cuales abordar desde el espíritu científico que favorece el establecimiento de parámetros de actuación institucional, la formulación de posibles políticas públicas y de programas en materia de prevención e intervención.
Por consiguiente, la investigación como aliada de la organización innovadora de la realidad así como de la construcción de líneas de acción, debe entenderse en sentido estricto como el proceso a través del cual establecer conexiones significativas con cada realidad, pero además, de establecer con solidez racional relaciones jerárquicas entre lo que requiere actuación institucional inmediata y lo que pudiera ser objeto de valoración meditativa para identificar desde el ingenio posibilidades transformadoras de mayor efectividad e impacto (Babativa, 2017).
Lo planteado obliga la referencia a la necesidad de asumir como parte del quehacer profesional la inquietud permanente por profundizar en los problemas sociales y colectivos, a los cuales no solo valorar desde una postura científica, sino además, de asumirlos con el compromiso de planificar, organizar, ejecutar y evaluar acciones que involucren el consentimiento y reflejen los intereses reales de los sujetos que conforman cada contexto (Montero, 2004).
Dimensión ética. El profesional en estadística de la salud se concibe como un sujeto con la disposición moral y ética para actuar no solo en pro de resolver situaciones con transparencia y respeto, sino además, en lo referente al tratamiento oportuno de datos e información en función de la cual ofrecer resultados que aproximen al abordaje de problemas emergentes que exigen el proceder integro (Savater, 2000); de allí, que se asuma la integridad como un valor profesional compartido con otras profesiones, que le insta a responder desde la actuación mesurada que aunado a otorgarle solvencia a su proceder también garantice el trabajo virtuoso (Cortina, 2013).
Por ende, este profesional debe garantizar el cuidado, resguardo y mantenimiento de la confidencialidad en lo referente a la transmisión de información que por sus repercusiones requieren actitudes asociadas con la responsabilidad y compromiso pleno que superponga el bienestar de la humanidad por encima de cualquier interés particular. En estos términos, el manejo cuidadoso de información debe estar mediada por el uso de la veracidad, como el valor que dentro del campo de la salud exige la constatación de datos así como la verificación de su credibilidad, lo cual supone la determinación de su origen y la fuente que la aporta, con la finalidad de responder a los criterios de objetividad que deben prevalecer en el tratamiento de datos asociados con el mejoramiento de la calidad de vida.
En función de lo expuesto, algunos principios éticos básicos que deben regir la actuación del profesional en Estadísticas de la Salud giran en torno al resguardo de la dignidad humana, lo cual implica el operar en razón del sentido de corresponsabilidad con la integridad de cada individuo, de cada comunidad y contexto, en el cual impulsar procesos que fortalezcan el redimensionamiento del bien común. Esto refiere a la conjugación de la justicia y la eficacia como valores que le conminan a la gestión de beneficios sociales que maximicen el desarrollo pleno de las personas mediante la oferta de insumos que al estar sistematizados éticamente conduzcan a los centros sanitarios a organizar esquemas de intervención, prevención y abordaje de situaciones relacionadas con la salud.
Este proceder en función de valores universales involucra también el apego a actitudes objetivas que direccionen las actuaciones profesionales hacia la escogencia de alternativas con imparcialidad, evitando con esto el manejo tendencioso de información que pudiera condicionar a la adopción de decisiones erradas. En palabras de Markus (2018), la dimensión ética del profesional de la salud debe involucrar el manejo transparente de datos reales que coadyuven en la tarea de “salvar vidas, preservar el sistema de salud y cortar las posibles cadenas de transmisión de enfermedades” (p. 10).
Para Montero (2004), el proceder ético de quien se encuentra afiliado a las ciencias de la salud involucra reconocer la capacidad de quienes conforman cada contexto para llevar a feliz término actuaciones en al menos dos sentidos importantes; por un lado, desde el quehacer autónomo para tomar decisiones y escoger alternativas; y, por el otro, desde la interdependencia para establecer redes de conexión y apoyo que redunden en la organización funcional de las comunidades.
Dimensión social. El quehacer dentro del contexto social como espacio con multiplicidad de situaciones asociadas con la salud, exige un elevado nivel de corresponsabilidad en lo referente a manejo de circunstancias particulares (Rodríguez, 2012). De allí, que la labor del profesional en Estadísticas de la Salud suponga aportar a la transformación positiva de espacios, a través de la operativización de sus conocimientos en acciones concretas y reales que empoderen a la ciudadanía en torno a la búsqueda del bienestar y la calidad de vida.
En palabras de Markus (2018), las funciones propias de este profesional en el contexto social involucran el asesoramiento en materia de control, manejo y supervisión de los procesos evolutivos de las enfermedades que comúnmente padecen los seres humanos; esto con la finalidad de enfrentar las fragilidades desde la actuación racional-científica que permita, en primer instancia, la ampliación de las posibilidades asociadas con la preservación de la humanidad.
Para Camps y Ginger (2014), el quehacer ético de todo profesional que participa de la consolidación de cambios en el contexto social y comunitario, exige la praxis el respeto y la adopción del reconocimiento a la diversidad de posiciones que pueden confluir en cada realidad; frente a este desafío la tarea medular debe ser la fijación de pautas que redunden en la aceptación mutua que haga compatible las visiones en torno a la multiplicidad de posibilidades de coexistencia.
Desde la perspectiva de Bisquerra y Pérez (2007), el trabajo en los contextos sociales por confluencia de diversas posiciones requiere de la promoción de competencias asociadas con la inteligencia emocional tales como: la conciencia sobre sí mismo y sobre el potencial propio, así como competencias asociadas con la autogestión, a decir “autocontrol emocional, transparencia, adaptabilidad, logro, iniciativa y optimismo” (p. 6).
Seguidamente los autores establecen una serie de competencias sociales a partir de las cuales cimentar procesos transformadores entre los que se precisan “empatía, conciencia de la organización, vocación de servicio; y las asociadas con la gestión de las relaciones: liderazgo inspirado, influencia, desarrollo de los demás, catalizar el cambio, gestión de los conflictos, establecer vínculos, trabajo en equipo y colaboración” (Bisquerra y Pérez, 2007, p. 6).
Dimensión comunitaria. La actuación dentro del campo comunitario se encuentra estrechamente relacionado con la posibilidad de sensibilizar a las diversas formas de organización que conforman este contexto, a quienes involucrar en el compromiso de consolidar redes de apoyo sinérgico que coadyuve en el proceso de gestionar soluciones, construir alternativas que maximicen el bienestar y la calidad de vida, así como involucrar desde los principios de la participación justa y equitativa a los diversos actores comunitarios en un intento por lograr acuerdos que redunden tanto en la cohesión como en la ampliación del sentido de la corresponsabilidad en torno a los asuntos de todos (Musitu, 2004).
En este sentido, el trabajo comunitario exige del profesional en Estadísticas de la Salud el respeto por la diversidad de criterios, posiciones y opiniones, a las cuales abordar desde el respeto y la confidencialidad que genere la confianza necesaria para impulsar el aporte de datos ciertos, verificables, objetivos y pertinentes, en función de los cuales consolidar procesos decisorios trascendentales que eviten actuaciones descontextualizadas.
Participar de la vida comunitaria exige la operativización de habilidades sociales asociadas con la negociación, el establecimiento de acuerdos y la conversión de las discrepancias en posibilidades para edificar con solidez los cimientos de una convivialidad saludable para todos. Esto significa apropiarse de las bondades de la interacción humana funcional como una manera de engendrar nexos que hagan sostenibles los vínculos, así como la concreción del estado de plenitud colectivo que se requiere para redimensionar los esfuerzos individuales.
En tal sentido, el profesional en Estadísticas de la Salud se concibe como un agente catalizador y cohesionador de voluntades, cuyo quehacer trasciende la gestión de posibles inconvenientes y problemáticas comunes mediante el establecimiento del diálogo simétrico, mecanismo al que se precisa como la fuerza revitalizadora del bienestar humano ideal al cual es posible acceder a través del despliegue de los múltiples recursos que permean cada comunidad.
Desde la perspectiva, la vida comunitaria exitosa es aquella que se encuentra entretejida por la disposición de voluntades en torno a propósitos inclusivos e incluyentes, en cuyos cometidos se estime la valoración crítica de la pluridiversidad de intereses individuales, a los cuales transformar en cometidos colectivos que conminen a cada uno de los actores comunitarios a aprovechar las circunstancias para configurar las condiciones sociales que hagan posible el afloramiento de virtudes cívicas y ciudadanas que deriven en la construcción de “una vida interesante y relativamente feliz para el mayor número de personas” (Camps y Ginger, 2014, p. 23).
Dimensión educativa. Educar a la humanidad constituye uno de los cometidos medulares de las ciencias de la salud; pero educar para la vida y el cumplimiento saludable del ciclo vital supone la posibilidad tanto de alcance como de consolidación de una longevidad digna, en la que el individuo no solo impulse con autonomía su propio bienestar sino las condiciones y requerimientos asociados con el desarrollo humano sostenible e integral.
Según Iirigoin y Vargas (2002), la tarea de ofrecer formación en los diversos contextos de la vida social se precisa como una competencia del profesional en Estadísticas de la Salud que involucra, entre otros aspectos, el mejoramiento del desempeño propio como de quienes integran su radio de acción. De allí, que la educación como un proceso permanente no solo contenga en sí misma la ampliación de las posibilidades para mejorar el desempeño individual y colectivo, sino de orientar el accionar efectivo hacia fines vinculados con el abordaje de las necesidades emergentes, a las que para su resolución oportuna se requiere la capacidad para transferir conocimiento actualizado a experiencias prácticas que redunden en la optimización de los servicios de salud.
En consecuencia, la tarea de educar en los diversos contextos en los que el profesional en Estadísticas de la Ealud hace vida supone la transmisión de una serie de ideales éticos y morales desde los cuales construir esquemas de coexistencia que mejoren cualitativamente las posibilidades deseables que redimensionen el quehacer democrático y plural de quienes conforman espacios sociales y comunitarios.
En tal sentido, la labor de educar a la ciudadanía supone adherirla al compromiso de aprender continuamente y a lo largo de la vida, proceso que comporta como cometido medular la agudización del pensamiento crítico y la disposición para valorar reflexivamente cada realidad; garantizando de este modo que los sujetos alcancen a mejorar significativamente su ser y hacer tanto en espacios mediatos como inmediatos.
Según Sarramona (2007), en tiempos complejos como los que atraviesan quienes se forman y quienes ya ostentan el manejo de una actividad profesional, la autoformación supone un modo de acceder a fuentes informativas de diversa procedencia, de las cuales asumir desde la valoración crítica solo las que se consideren creíbles y veraces, pero, además, susceptibles de verificación. Esto en sentido estricto refiere a la invitación global a asumir el aprendizaje desde una mirada autónoma y responsable con la potenciación del ser y el hacer profesional.
Dimensión intervención. Participar de la vida social y comunitaria desde la intervención alude a uno de los cometidos estrechamente vinculados no solo con el ejercicio ético de la ciudadanía comprometida, sino como una posibilidad para transformar espacios sumidos en el caos y la incertidumbre. En tal sentido, intervenir para transformar se precisa, en sentido estricto, como la fuerza revitalizadora de cambios trascendentales que exigen la disposición actitudinal para edificar los cimientos del bienestar integral.
En estos términos, intervenir para mejorar significativamente la realidad y las condiciones de vida de quienes participan de esta, exige la praxis de una serie de principios vinculados con el quehacer ocupacional del profesional en Estadísticas de la Salud; se trata de la disposición de la creatividad no solo para evita y afrontar los dilemas, sino como la capacidad para identificar entre acciones estratégicas viables y de alcance real, y aquellas que no tienen correspondencia con los requerimientos de la sociedad.
De allí, que se requiera de este profesional para trascender hacia la “unión de indisoluble entre lo teórico y lo práctico; pues su objetivo es la promoción de la calidad de vida y la reducción de los problemas sociales desde una perspectiva positiva” (Hambndos, García y López, 2006, p. 13).
Dimensión prevención. En un siglo en el que comienzan a emerger multiplicidad de situaciones asociadas con la salud pública y el bienestar integral, el quehacer del profesional de la salud debe girar en torno al abordaje preventivo que coadyuve a minimizar los riesgos de enfermedades. En tal sentido, el rol del profesional en Estadísticas de Salud involucra el instar al ser humano a asumir con responsabilidad la tarea de conocerse a sí mismo, a practicar los principios de la calidad de vida y el bienestar integral como ejes en función de los cuales consolidar estilos de vida funcionales.
Lograr estos cometidos implica la disposición estratégica para estrechar lazos de confianza entre el aparato institucional y la sociedad, con la intencionalidad de acercar herramientas y mecanismos que coadyuven en la tarea de evitar posibles factores de riesgo que pudieran desencadenar crisis complejas. En sentido estricto, esto refiere a la disposición táctica para adelantarse a los tiempos de caos y a los momentos convulsos, procurando con esto el establecimiento de un clima de seguridad integral.
Prevenir, es entonces, una dimensión inherente al quehacer del profesional de Estadísticas de la Salud, sobre quien recae la responsabilidad desplegar actuaciones ordenadas sistemática y coherentemente situadas que garanticen el redimensionar del proceder institucional, en un intento por garantizar la superación exitosa de los riesgos existenciales (Markus, 2018).
Según Ibarra (2003), la acción estratégica de prevenir implica el tratamiento de situaciones desde el despliegue de mecanismos asociados con la potenciación de condiciones sanitarias que, a través de programas masivos de abordaje permitan contrarrestar los efectos futuros de ciertos padecimientos, enfermedades y problemas de salud que empiezan a mostrarse como posibles factores de riesgo al bienestar humano.
Dimensión asesoramiento. Esta dimensión como parte del profesionalismo inherente a la orientación hacia propósitos eficaces y de amplio alcance, implica la competitividad para acercar relaciones de ayuda que redunden tanto en la maximización de los beneficios como en la capacidad para transferir el conocimiento experto a la formulación de soluciones contextualizadas que respondan a las particularidades del espacio y de las condiciones que se desean transformar (Bisquerra, 2009). En tal sentido, el asesoramiento profesional puede asumirse como el proceso transformacional que mediado por reglas y principios aporten a la solución de problemas de salud, a través de la oferta de mecanismos adecuados que respondan a las exigencias tanto del criterio económico como científico.
Con respecto al criterio económico, el profesional en estadística de la salud debe involucrar en su quehacer la gestión efectiva de recursos que aporten a la mejora de la calidad asistencial, pero además, a la posibilidad real para jerarquizar necesidades en función de las cuales operar estratégicamente, fundando su proceder en el uso de insumos con efectividad garantizando de este modo el mayor alcance en lo que ha impacto positivo refiere (Núñez, et al, 2017); mientras que el criterio científico refiere al uso de técnicas, métodos y procedimientos actuales a partir de los cuales ofrecer una sistematización apropiada de insumos que faciliten a quienes administran centros asistenciales la tarea de tomar decisiones, escoger alternativas de solución y aportar a la formulación pertinente de protocolos de atención inmediata.
En palabras de Markus (2018), el profesional en Estadísticas de la Salud debe ser capaz de orientar el quehacer humano hacia fines asociados con la calidad de vida y el bienestar integral, para lo cual se considera pertinente el acercamiento a la sociedad de las herramientas estratégicas para abordar situaciones de salud pública como: violencia, desnutrición, enfermedades de proliferación recurrente y situaciones que su elevado nivel de riesgo requieren el abordaje científico inmediato.
Para Irigoin y Vargas (2002), el profesional en Estadísticas de la Salud debe ser capaz de acompañar a los centros asistenciales en la tarea de diseñar modelos y prácticas novedosas de gestión situada, desde las cuales impulsar actuaciones institucionales no solo pertinentes sino relevantes que coadyuven en la consolidación de cometidos éticos asociados con la transformación de realidades, la generación de cambios significativos en la oferta de servicios y la ampliación de los esquemas de atención a los requerimientos sociales y comunitarios.
Desde la perspectiva de Bisquerra y Pérez (2007), el proceso de asesoramiento profesional que procura redimensionar la vida en cualquier contexto, exige el trabajo enfático en áreas específicas tales como: la potenciación de habilidades sociales y competencias personales vinculada con la asertividad, la autoconfianza y el autocontrol, así como la disposición para enfrentar desde la capacidad de adaptación procesos innovadores y creativos que reflejen los intereses comunes de determinado espacio social.
Dimensión tecnológica. Participar de la formulación de acciones efectivas de transformación social así como de la toma de decisiones efectivas exige en tiempos complejos como los actuales, el compromiso con la apropiación del conocimiento que circula en los diversos mecanismos y formatos en que son socializados. Esto desde el punto de vista operativo implica un modo de redimensionar el quehacer a través del uso de insumos, datos informativos y estadísticos, así como de contenidos disponibles en diversas fuentes y, a los que se estiman como parte de los insumos con amplia incidencia no solo en la actualización permanente de la que debe gozar cualquier profesional, sino como un requerimiento sine qua non para impulsar con éxito procesos innovadores y creativos.
En tal sentido, para el Técnico Superior en Estadística de la Salud la apropiación de las bondades de las tecnologías de la información y comunicación constituye una posibilidad para gestionar y procesar acciones en tiempos breves, pero además, para asumir nuevas actitudes frente a las demandas propias de cada contexto (Scngcr, 2010). Lo referido deja ver al manejo de las nuevas tecnologías como recursos para fortalecer áreas específicas de los procesos de asesoramiento como el establecimiento de redes virtuales de comunicación e interacción, que propicien el acompañamiento efectivo, la gestión de requerimientos y el consenso expedito de posibles alterativas de solución a los problemas medulares presentes en cualquier contexto (Morrinson y Bennett, 2008).
Según Tedesco (2014), el manejo de las nuevas tecnologías supone para cualquier profesional la posibilidad de participar efectiva y eficientemente sobre cualquier contexto, esto implícitamente refiere al redimensionamiento de la capacidad para integrar y poner en relación datos en razón de los cuales construir nuevos esquemas de actuación que garanticen mejorías significativas en cualquier realidad. Este proceder en medio de una realidad saturada por información de diversa índole constituye un desafío y, además una oportunidad para ampliar los medios desde los cuales enfrentar requerimientos sociales estratégicamente.
Seguidamente el autor precisa algunas de las bondades propias del uso consciente y táctico de la información, entre los cuales precisa: la transformación de las estructuras sociales presentes de manera inteligente, celeridad en los procesos de intervención y prevención, capacidad expansiva de lineamientos así como de posibilidades reales coordinar y supervisar avances que aporten a la elevación de la existencia digna.
El profesional en Estadísticas de la Salud debe estar a la vanguardia de la Innovación Tecnológica, la cual busca la implementación de nuevas ideas y formas de trabajo para mejorar la eficiencia, la productividad, el aprendizaje continuo, así como apoyar a las autoridades institucionales, investigadores, usuario del sistema de salud y sociedad en general, a tener mayor y mejor acceso a la información.
La historia clínica de un paciente o usuario de los servicios de salud elaborada por los médicos y persona de salud, es la fuente principal de datos para alimentar los sistemas automatizados de salud y generar información que permite la toma de decisiones, ejecutar investigaciones científicas, diseñar políticas públicas, entre otras acciones; ésta, actualmente en muchos países, especialmente en Venezuela se lleva en forma manual, por lo que se requiere de profesional en Estadísticas de Salud e informática para que lo transcriba en un sistema automatizado.
Este proceso genera un retraso significativo en la elaboración oportuna de estadísticas, indicadores de gestión, reportes epidemiológicos y administrativos. El Big Data y la inteligencia artificial vienen implementando soluciones para este requerimiento, a través de sus tecnologías: aprendizaje automático, aprendizaje profundo, sistemas de visión computacional, procesamiento de lenguaje natural y el registro electrónico de salud (EHR por sus siglas en inglés), que según Gesttor Informática (2024), es una herramienta importante que los proveedores de atención médica pueden utilizar para mejorar la calidad de la atención que brindan a sus pacientes.
Un EHR es un sistema electrónico que almacena de manera cronológica y en formato digital todos los aspectos relativos a la salud de un paciente. Esto incluye información sobre su historial médico, resultados de pruebas de laboratorio, diagnósticos, medicamentos prescritos, alergias, vacunas, entre otros. Los EHR son una herramienta valiosa para la atención médica, pero es importante abordar los desafíos y problemas asociados con su implementación para garantizar que se utilicen de manera efectiva y segura.
El carácter confidencial de la información contenida en las historias clínicas de los pacientes, actualmente son manejadas con ética y profesionalismo por el personal de salud, entre ellos, el profesional en Estadísticas de la Salud, cumpliendo con los artículos 123 al 136 y 180 del Código de Deontología Médica. La historia clínica es un instrumento que tiene valor médico-legal, científico y para el mejoramiento del servicio, por lo tanto, su integridad y resguardo es de suma importancia. Desde la perspectiva de la ética y la moral, ha sido un obstáculo en el avance del Registro Electrónico de Salud, debido a que la información del paciente, como por ejemplo nombre y apellido, diagnósticos, antecedentes, entre otros datos, pueden ser expuestos al público y afectar la dignidad de la persona y violar sus derechos.
Por ello, el profesional en Estadísticas de la Salud debe estar en capacidad de incorporar prácticas que garanticen la integridad, confidencialidad y disponibilidad de la información en los sistemas manejados a través de la inteligencia artificial y donde se respeten el estado de derecho, los derechos humanos, los valores democráticos y la diversidad, así como, la calidad de los datos registrados.
CONCLUSIONES
El profesional en Estadísticas de la Salud como actor estratégico dentro de los centros asistenciales y sanitarios, involucra tareas importantes para los procesos decisorios efectivos, al contener dentro de su radio de acción las competencias para gestionar información oportunamente permitiendo la proyección de escenarios, actuaciones específicas y procesos transformacionales que reivindiquen el derecho a la salud mediante la respuesta tanto apropiada como contextualizada de quienes tienen la responsabilidad de formular protocolos de intervención y prevención.
En tal sentido, la combinación del proceder ético y científico constituye una arista que conmina al profesional en Estadísticas de la Salud a asumir con transparencia y responsabilidad el compromiso de procesar información, de sistematizar datos y organizar posibles actuaciones en función de las cuales operar para maximizar el bienestar social, comunitario y humano. Esto supone un proceder capaz de conducir la toma de decisiones hacia alternativas rentables que, como resultado de la capacidad efectiva para manejar costes de planificación, organización y coordinación que aporten no solo a la transformación de realidades, sino al redimensionamiento de las competencias para abordar responsable y oportunamente cada contexto.
Este profesional dentro del sistema de salud se considera el impulsor de cambios trascendentales, pues dentro de su quehacer se encuentra la capacidad para identificar hallazgos primarios desde los cuales establecer líneas de acción que, como resultado de procesos decisorios efectivo y concertados coadyuven en el mejoramiento de las condiciones de vida de quienes conforman cada contexto. Estos cometidos como parte de las competencias técnico-profesionales implícitamente refieren al operar estratégico que involucra la planificación, organización y coordinación de esfuerzos institucionales en torno a situaciones que ameritan el trabajo cooperativo con los diversos actores socio-comunitarios.
Esto refiere a su vez al desarrollo de capacidades para dialogar con cada realidad, es decir, para desplegar procesos interactivos que permitan precisar nuevos horizontes de actuación que involucren la participación sinérgica que haga posible la emergencia de cualidades personales y grupales, en razón de las cuales actuar creativa e innovadoramente transcendiendo los límites y resistencias propias de cada espacio de intervención.
En tal sentido, el profesional en Estadísticas de la Salud se concibe como un agente de cambio, cuyo radio de acción no solo se circunscribe al procesamiento y sistematización de datos, sino que dentro de sus competencias técnicas y profesionales se encuentran la configuración de escenarios y el establecimiento de redes humanas de colaboración que hagan posible la organización inteligente de prioridades, la definición estratégica de objetivos y la construcción de esquemas de bienestar fundados tanto en la prevención como en la intervención de situaciones que pudieran reducir la calidad de vida.
Visto de este modo, este profesional cuenta con la formación para formular proyecciones en torno a efectos y consecuencias derivadas de enfermedades, de patologías o situaciones conflictivas, que por su repitencia requieren no solo el abordaje situado, sino la combinación de esfuerzos sociales, comunitarios e institucionales a partir de los cuales establecer cercos epidemiológicos que garanticen el resguardo de la integridad física, emocional y psicológico de la ciudadanía. Esto significa el despliegue del compromiso disciplinado no solo para insertarse en experiencias de intervención preventiva, sino en la capacidad para transferir conocimientos teóricos a la praxis estratégica de la cual se derivan acciones de transformación específicas.
En tal sentido, parte de las tareas propias del profesional en Estadísticas de la Salud debe girar en torno a la superación inteligente de los riesgos, como el proceso que se vale del uso razonado de las herramientas tecnológicas así como de los mecanismos aportados por la ciencia que una vez operativizados no solo dan paso a la construcción de un mundo más saludable, sino cimentado en la potenciación del desarrollo humano integral.
En síntesis, generar trasformaciones contundentes, efectivas y situadas requiere la formación de un sujeto capaz de generar diagnósticos estratégicos, de organizar hallazgos y de sistematizar datos en razón de los cuales formular líneas de acción que reduzcan los riesgos propios de enfermedades de mortalidad, proliferación e incidencia infecciosa; de las cuales depende la trascendencia digna de la existencia humana, así como el abordaje preventivo de los principales problemas de salud que atraviesan las comunidades.
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