Ensayo                                                  DOI: https://doi.org/10.61154/holopraxis.v8i2.3681

 

La educación y la tecnología en la creación de un nuevo ciudadano

 

Education and technology in the creation of a new citizen

 

Libertad León-González a, Luis Carlos Guerrero-Pérez b

 

a Laboratorio Arte y Poética de la Universidad de Los Andes, Núcleo Rafael Rangel, Trujillo, Estado Trujillo, Venezuela, Email: lenlibertad39@gmail.com, ORCID https://orcid.org/0000-0002-8460-9416

b Laboratorio Arte y Poética de la Universidad de Los Andes, Núcleo Rafael Rangel, Trujillo, Estado Trujillo, Venezuela, Email: guerrerolcxxi@gmail.com, ORCID: https://orcid.org/0009-0007-0822-6978

 

Recibido: 5 de marzo de 2024

Aprobado: 29 de junio de 2024

 

RESUMEN

El presente ensayo se constituyó en una práctica reflexiva de dos aspectos sociales: la educación y la tecnología en la formación del estudiante de la era digital. Para su desarrollo se consideraron referencias internacionales en cuanto a la evolución de ambos aspectos, teorías sobre el desarrollo cognitivo del aprendizaje, del desempeño social del niño a partir de su ingreso a la escuela y, en particular, la noción de diversidad de Emilia Ferreiro, como estudio relevante sobre el proceso de adquisición de la lectura y la escritura del niño en la escuela. La tecnología amplió todas estas consideraciones en el proceso de aprendizaje. Se incluyeron aspectos de políticas gubernamentales sobre la incorporación de la tecnología en las escuelas con referencias particulares del sistema educativo en Venezuela. El propósito de este estudio ha sido ofrecer al maestro elementos reflexivos fundamentales sobre el uso de la tecnología en la escuela. La metodología de análisis reflexivo, amparada en el paradigma crítico-reflexivo, consideró el valor ético que ha de predominar en el docente al usar los recursos convencionales y digitales durante todo el proceso educativo del niño y el adolescente, etapas primordiales del crecimiento cognitivo y conductual del futuro individuo social. En definitiva, prevaleció la importancia de reconocer la transformación de la práctica educativa, sin dejar de considerar las repercusiones psicológicas sobre el uso inadecuado de las tecnologías y advertir al maestro sobre el valor inapreciable del libro como recurso de formación insustituible.

 

Descriptores: educación; tecnología; ética; maestro; estudiante. (Tesauro UNESCO).

 

ABSTRACT

This essay constituted a reflective practice of two social aspects: education and technology in the training of the student of the digital age. For its development, international references were considered regarding the evolution of both aspects, theories on the cognitive development of learning, the social performance of the child from their entry to school, and particularly the notion of diversity of Emilia Ferreiro, as a relevant study on the child's reading and writing acquisition process at school. Technology expanded all these considerations in the learning process. Aspects of government policies on the incorporation of technology in schools were included with references to the educational system in Venezuela. The purpose of this study has been to offer teachers fundamental reflective elements about the use of technology in school. The reflective analysis methodology, supported by the critical-reflective paradigm, considered the ethical value that must predominate in the teacher when using conventional and digital resources throughout the educational process of the child and adolescent, essential stages of cognitive and behavioral growth. of the future social individual. In short, the importance of recognizing the transformation of educational practice prevailed, without failing to consider the psychological repercussions of the inappropriate use of technologies and warning the teacher about the invaluable value of the book as an irreplaceable training resource.

 

Descriptors: education; technology; ethics; teacher; student. (UNESCO Thesaurus).

 

INTRODUCCIÓN

La evolución de la Educación y de la Tecnología han venido entrelazándose por caminos colindantes, como procesos inherentes a la humanidad. Desde sus inicios, ambas han sido soporte ineludible la una de la otra. Aunque pudiéramos decir que la primera ha tenido un inicio antropogénico de mayor importancia para la sobrevivencia humana. La segunda, de desarrollo lento en sus inicios, se ha colocado en igual importancia medular, a fin de suministrar, entre las dos, los medios necesarios en el tránsito histórico de nuestra especie como dominante del mundo que conocemos.

Si recreamos un momento de la prehistoria, podemos imaginar un grupo de homínidos, ya convertidos en homo sapiens, emitir sonidos e imprimir signos en piedra u otros materiales. Esta acción de seres vivos en constante evolución, diferenciándolos del resto, marcó el inicio del lenguaje, un sistema de sonidos, signos y señales destinado a comunicar hechos, sucesos, nombrar y numerar objetos o rebaños, describir el clima o características de lugares, en fin, lo primordial: comunicar información necesaria para la sobrevivencia de la especie. Para resumir, pasaron varios miles de años para que los sonidos de estos vocablos fuesen convirtiéndose en signos delineados, ordenados sistemáticamente, surgiendo así la escritura.

Pasar de la oralidad a la escritura fue un paso gigantesco, pues la información, además de comenzar a integrarse en una compleja tríada de medios semióticos (cara a cara, impresos y tecnológicos), podía ser registrada, ampliada, mejorada, orquestada desde un liderazgo que fue construyendo experiencias con el agregado de un significado, para ser propagada y retransmitida generacionalmente.

La Educación, vista desde la unidad familiar, desde las etapas más instintivas del homo sapiens, garantizó a la madre y al padre, asegurar en sus hijos una conducta que: se ajustara a las necesidades más primordiales del actuar doméstico y en su comuna, que pudieran operar adecuadamente los utensilios y herramientas con la que se procuraban el sustento, así como comprender el comportamiento de otros animales, plantas, peces; además de las manifestaciones naturales que permitían programar la cacería, pesca, la recolección y transporte de alimentos e incursiones a otros territorios.

Es natural que al ir avanzando la capacidad organizacional de los clanes e ir agrupándose el género humano en núcleos cada vez más grandes, con exigencias de vida e intercambios antrópicos más complejos, como los que resultan de nuestra actual urbanidad, la Educación, como actividad que conduce y vigila la transmisión del saber operativo de las gentes, fue convirtiéndose en interés obligado de quiénes ostentaban el liderazgo de los primeros asentamientos, para luego ir complementándose con toda la tarea que requería un Estado a objeto de proteger y garantizar alimentos y salud a su población.

La acumulación del conocimiento en sí, tanto en los saberes populares propios de las gentes que los ejercían y los transmitían entre comunidades, como en las entidades originarias destinadas a la acción educativa o en el legado de pensadores de cada etapa histórica fue tejiendo un esencial intercambio de ideas y descubrimientos; todos éstos propiciadores, en cada rama del saber, de la actividad humana, para un mejoramiento gradual, progresivamente más asombroso y sofisticado, constituido por una forma de aplicar ese conocimiento, a objeto de hacer más rápidas y efectivas las labores  humanas.

Poner en práctica el conocimiento, el ensayo y la investigación para el logro de algún objetivo bélico, productivo, mercantil , de navegación, de transporte y comunicación, entre otras actividades humanas, fue lo que produjo con mayor impulso la aparición de nuevas formas de comprender la tecnología y su trascendencia; posteriormente, aplicarla en el acontecer humano y así propender a la obtención de objetivos contemplados por el Estado, por particulares empeñados en una idea, o por las necesidades más urgidas de la población.

La Educación involucra, indefectiblemente y con mucha más determinación, el estudio y comprensión de los símbolos y signos comunicacionales, el lenguaje y sus diferentes componentes regulatorios de su conformación como lo es la semántica, la gramática, sintaxis, morfología, fonología, entre otras. Esta característica humana, poder comunicarse a través del lenguaje, constituye el vehículo indispensable de transmisión de ideas y conocimiento, esencialmente, para completar el proceso educativo que la Sociedad destina a sus integrantes.

La Tecnología, más como proceso de acumulación de conocimiento práctico, también requiere del proceso educativo como hecho estructural, complementa y entrelaza aquellos fenómenos con los que se construye a sí misma, representándose en una innovadora, creativa y poderosa manera de aportar ingeniosas alternativas a los anhelos del ser humano.

Ahora, entonces, la Educación necesita de lo tecnológico para ir a la par del mundo, sumergiéndose, cada vez más, en la dependencia de ese factor tecnológico globalizado. Igualmente, la Tecnología requerirá de más y mejores avances en lo educativo para que su alta capacidad comunicacional, interpretativa, funcional, pueda propagar con más equilibrio y seguridad las condiciones de factibilidad de perpetuación de la especie humana.

Por lo tanto, el proceso educativo, en todo momento, desde fases humanas rudimentarias, ha requerido de una administración y planificación que visualice, desde el análisis del pasado, tanto el presente como el futuro, en un sentido gerencial, las necesidades instruccionales colectivas, prioridades teórico-prácticas, exigencias científico-técnicas, así como la promoción del cimiento cultural que aglutina a los diferentes sectores que conforman los pueblos.

Expresamos a continuación los fundamentos críticos sobre el uso de la tecnología en el proceso de aprendizaje del niño y el adolescente, en tanto se propician situaciones de atención en el proceso formativo, propios de cada sistema educativo

 

DESARROLLO

El “niño mutante” de los ejércitos de la propaganda

Michel Desmurget (2020). La fábrica de cretinos digitales. Los peligros de las pantallas para nuestros hijos.

Como educadores ¿dónde dejamos la posibilidad de poder aplicar las teorías psicológicas sobre el aprendizaje, ante nuevos modelos que están muy por encima de la realidad en la que se cimentaron? Como educadores ¿para qué nos sirven las teorías del desarrollo cognitivo de Jean Piaget (Neuchátel, Suiza 1896- Ginebra, 1980), del desarrollo sociocultural de L. S.Vytgoski (Orsha, Bielorrusia 1896- Moscú, Rusia 1934), el Método de María Montessori (Chiaravalle, Italia 1870- Nordwijk, Países Bajos 1952), los sistemas de escritura en el  desarrollo del niño de Emilia Ferreiro (Buenos Aires, Argentina1935), por solo citar un reducido número de especialistas, pioneros en las teorías del aprendizaje?

En Emilia Ferreiro (1999) la noción de diversidad se mantiene vigente cuando expresa: “Ser alfabetizado, es formar parte de la cultura letrada, poder circular en la diversidad de textos que caracteriza la cultura letrada. Y ello supone ser lector crítico y tener criterios para poder seleccionar los textos.” (p. 44).

Para quienes trabajamos con el lenguaje, con la capacidad multiplicadora de universos que nos proporcionan las estrategias de la lectura y la escritura, por ejemplo, nos quedamos aturdidos cuando una niña de 2 años o un niño de 3 años, toman el celular de su mamá o de su papá y seleccionan el ícono del sitio web de YouTube para buscar unos cómics de su agrado o el ícono de un video juego y de inmediato, comenzar a jugar.

Absolutamente, son niños que poseen una capacidad de observación ‘acelerada’ con respecto al niño que en décadas atrás fuimos. Son nativos digitales, innatos lectores de la tecnología, con una naturalidad asombrosa, una capacidad de procesar los símbolos en los instrumentos tecnológicos manipulados por sus padres.

Parafraseamos las palabras del cantante Charlie García, recientemente homenajeado en el canal de YouTube, La Caja de Ares (2023). Decía el cantante: “La distancia y la velocidad cambian el sonido” (Canal La Caja de Ares, 2023, 9m48s). Nos atrevemos a decir, en cambio, la distancia y la velocidad cambian el sentido. Ellos, los niños, los adolescentes, van a una velocidad tal que quizás los distancia de poder procesar, con sosiego, los contenidos que les ofrecen las plataformas digitales. No hay tiempo para selecciones o elecciones pensadas. Es la imposición de todo un bombardeo de contenido a una velocidad imprecisa. Atrapados como títeres en los hilos de una red, una fuerza superior que los domina.

Es decir, no tenemos niños lectores a los que se les enseña sólo (y vaya que resulta absurdo) desde el silabeo o el método global, por ejemplo, para reconocer las palabras en la lectura y la escritura. Estamos ante un niño precozmente lector, no solo de textos sino de imágenes, de íconos, de símbolos, de herramientas tecnológicas. Con un consumo precipitado de contenido. Los padres, los maestros en esta era tecnológica han de ir de la mano con las exigencias de lo digital. Sin menoscabo de la formación integral, de los valores fundamentales como ser humano moral, integrado a una familia, a un entorno social, a una sociedad.

No olvidamos los argumentos del Profesor Álvaro Márquez Fernández, profesor emérito de la Universidad del Zulia, cuando nos explicaba en sus clases de filosofía: Las polis griegas colocaban al ciudadano en el cultivo de tres aspectos de su esencia para integrarse al mundo en su naturaleza humana. Hablamos del ser, el conocer y el convivir.

En el ser están las respuestas ontológicas del hombre, su metafísica, su cosmología, su antropología. El discurso que construye para responder ¿Qué es el mundo? ¿Quién soy?

En el conocer, a partir de la lógica, el principio se sustenta en la gnoseología (conocimiento), en la epistemología (ciencia). Conocer, conocernos, buscar y encontrar la verdad.

En el convivir, estaría la ética y la moral que propician una axiología estética para crear, aprender y reflexionar.

En estas tres aristas se mueve el hombre pensante cuando asume un desempeño coherente en su relación consigo mismo y el mundo, es decir, con sus semejantes. Entonces nos preguntamos: ¿Acaso el problema está ocurriendo únicamente en los niños o también en nosotros, como padres, representantes y maestros, dejándonos llevar a la deriva por la misma avalancha tecnológica? Eso, por un lado.

Luego, en la formación sistemática del ciudadano, impartida en la escuela, el pasado, en tanto patrimonio histórico, ha perdido valor. En palabras de Mario Briceño Iragorry (1951): “carecemos del común denominador histórico que nos dé densidad y continuidad de contenido espiritual.” (p. 159). El consumo acelerado de las redes se impone. La banalidad del tick tock, sin duda, suprime con creces el valor que tiene el reconocernos en nuestros antepasados. La competencia de la escuela se limita, ante la imposibilidad de crear un ciudadano con suficientes fortalezas para construir un discurso con identidad nacional, crítico y reflexivo.

Es decir, en nuestro sistema educativo, el conocer, como aprendizaje significativo, ha perdido fortaleza. En consecuencia, se ha reducido, entre otras cosas, la competitividad por el conocimiento. En cambio, hay una competitividad a partir de antivalores impuestos, al alcance de todos, a través de las herramientas tecnológicas, los videojuegos y las redes sociales.

También existe en los medios digitales una sobrevaloración discursiva sobre el cuerpo, sobre la apariencia física, suficientes armas para alcanzar el éxito, por encima de otros valores, tales como, el desarrollo de talentos, la capacitación, la formación académica. Todo se construye sobre un discurso vacío, sobrecargado en clichés de moda, para alcanzar el éxito, la fama y la gloria. Lo que Hannah Arendt llamó relación entre discurso y acción. Argumenta Hanna Arendt (1993):

El discurso y la acción revelan esta única cualidad de ser distinto. Mediante ellos, los hombres se diferencian en vez de ser meramente distintos; son los modos en que los seres humanos se presentan unos a otros, no como objetos físicos sino qua hombres. (p. 200).

Discurso y acción, fundamentales en la trama de las relaciones humanas, pareciera desvanecerse en los seguidores frenéticos de las pautas dadas por las redes sociales.

 

La tecnología en la educación, un asunto ético

nos acercamos a una época en que la inteligencia artificial – la convergencia de tecnologías emergentes – transformará todos los aspectos de nuestras vidas Stefania Giannini (2019).

Se ha de anteponer la ética en este proceso progresivo de la digitalización de la educación. Esto significa asumir con responsabilidad efectiva las propuestas establecidas en los convenios internacionales que han tratado el tema. Así como, considerar desde la realidad de cada país, comunidad, escuela, en tanto universos particulares de esta relación binaria llamada educación- tecnología para la creación de un nuevo ciudadano. Es decir, el verdadero ejercicio inclusivo de la educación al servicio de toda la población.

Entre los 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), propuestos por la ONU para establecer un plan de erradicación de los problemas emergentes del planeta, la educación es la ODS 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

En 2015, los líderes mundiales suscribieron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, una agenda estructurada, cuyo objetivo es lograr una educación accesible para todos y que esta constituya la base del desarrollo sostenible y de la paz. La UNESCO coordina la acción de la comunidad internacional en la realización de los objetivos educativos del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 mediante las alianzas, las orientaciones políticas, el reforzamiento de las capacidades, el seguimiento y la promoción con una hoja de ruta para conseguir el Marco de Acción Educación 2030.

En Venezuela, podemos señalar con respecto al tema que nos ocupa, el desarrollo de la tecnología en las escuelas, este proceso se comienza a través del uso generalizado de las TIC (Tecnología de la Información y Comunicación), entendidas, además, por el Reporte de Desarrollo Humano Venezuela (2002) – Tecnologías de Información y Comunicación al Servicio del Desarrollo, PNUD, define las TIC así:

Concebidas como el universo de dos conjuntos: las Tecnologías de Comunicación tradicionales (TC), principalmente radio, televisión y servicios de telefonía convencional; y las Tecnologías de Información (TI), caracterizadas por la digitalización de las tecnologías para el registro de contenidos (procesamiento de información), para la comunicación (telemática), y para las interfaces (medios), todo lo cual se ha hecho posible gracias a la adaptabilidad y los avances de la computación. Por todo esto, el producto bandera de las TIC es la Internet. (Blanco Alarcón, 2020, p. 338).

Y en virtud de las cuales, aunque:

El país dispone de un sólido marco jurídico que promueve e impulsa el desarrollo de las TIC por parte del Estado. Entre los principales instrumentos legales con que dispone el país es el Decreto 825, Número 36.955, del año (…). Por su parte, insta a los Ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología a dictar los lineamientos tendentes a educar sobre el uso de Internet, comercio electrónico, y comunicación con la finalidad de formar una sociedad del conocimiento, además del llamado a promover material académico, científico y cultural para facilitar el acceso y uso adecuado del Internet, así como establecer espacios para la investigación y desarrollo de nuevos conocimientos en el sector de las TIC. (Ibídem).

Aun cuando el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología (2005-2030) tuvo como prioridad las TIC por considerar:

Las tecnologías de información y comunicación deben convertirse en mecanismos estratégicos para difundir de manera masiva y sistemática el conocimiento de ciencia, tecnología e innovación y estimular el pensamiento científico y el interés de la sociedad hacia los temas científicos y tecnológicos, así como el respeto y reconocimiento social de los pensadores, intelectuales, científicos e innovadores populares que contribuyen con la creación de una sociedad del conocimiento sólida y equitativa para el país. (p.96).

Sin embargo, en Venezuela:

Los planes de masificación de las políticas pro-software y hardware libre ha condicionado la libertad de decisión que deben poseer las organizaciones (especialmente las públicas) de elegir conforme a sus necesidades las tecnologías a utilizar, por ejemplo, la imposibilidad de adquirir algún software privativo en caso de que fuese extremadamente necesario. (Blanco Alarcón, óp. cit.).

Entre otros tantos proyectos que han ido desestimándose en el camino, para el año 2006 se implementa el plan nacional de alfabetización tecnológica para capacitar de forma masiva a la población en el uso de herramientas informáticas. Y en el año 2009 el plan Canaima otorga a los niños su computador portátil en las escuelas. Así también, instituciones como CENDITEL (Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres) han debido ampliar sus aplicaciones informativas hacia otras organizaciones. Ha de considerarse como acción primordial, para el resguardo integral del niño y el adolescente, en primer término, en función de criterios éticos que implican:

(1) determinar si las opciones tecnológicas afectan negativamente a otra persona, directa o indirectamente; (2) desarrollar un plan de acción ideal; (3) identificar los valores importantes asociados a cada situación; y (4) llevar a la práctica una solución o un plan de acción concreto que se seguirá y evaluará (Rest, 1982). (Olcott Don, Jr. y otros, 2015).

En este sentido, consideramos de primordial importancia el resguardo de la identidad digital. Entendida como “el conjunto de la información sobre un individuo o una organización expuesta en internet (datos personales, imágenes, registros, noticias, comentarios, etc.) que conforma una descripción de dicha persona en el plano digital” (INTECO, 2012, p.5). (Ibídem). ¿Hasta qué punto se crea conciencia en el hogar y en la escuela sobre los riesgos de compartir (‘subir’) cualquier tipo de información confidencial a través de las redes? Esto cuenta para los padres que facilitan a los niños equipos de telefonía a edad muy temprana. ¿Qué le estamos facilitando al niño, un instrumento de ayuda para su desarrollo cognitivo, desempeño social, autonomía personal o por el contrario un recurso pocas veces supervisado con poca o nula atención a los beneficios del niño?

Mucho más allá del uso de las TIC tenemos herramientas valiosas que se superponen a estos instrumentos y que utilizados en la escuela han de equilibrar las evasiones de la cotidianidad. Tales herramientas, como la robótica educativa a través de la cual los niños y adolescentes construyen y programan robots para la realización de diferentes tareas. Bien vale destacar el criterio del Grupo Iberdrola: “La robótica educativa se engloba dentro de la llamada educación STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), un modelo de enseñanza destinado a enseñar conjuntamente ciencia, matemáticas y tecnología y en el que la práctica prima sobre la teoría.” (Iberdrola).  Nos permite suponer el grado de motivación del niño y el adolescente por solo pensar en la carga lúdica que puede representar enfrentarse a estos retos, en virtud de la cual la robótica se enseña desde la gamificación, es decir, aprender a través del juego, ludificación.

Estamos hablando también de la inteligencia artificial (IA) como “salto de la pantalla a la realidad” como “una combinación de algoritmos y máquinas que replican las capacidades humanas”. Al servicio de la ciencia y la ingeniería, fundamentalmente. Precisemos, in extenso, los tipos de inteligencia artificial de acuerdo al Grupo Iberdrola:

Los expertos en ciencias de la computación Stuart Russell y Peter Norvig diferencian varios tipos de inteligencia artificial:

·         Sistemas que piensan como humanos

Automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales.

·         Sistemas que actúan como humanos

Se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Es el caso de los robots.

·         Sistemas que piensan racionalmente

Intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos, es decir, se investiga cómo lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los sistemas expertos se engloban en este grupo.

·         Sistemas que actúan racionalmente idealmente, son aquellos que tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, como los agentes inteligentes. (Iberdrola).

En tal sentido, solo con esto, podemos imaginarnos que tan alejados de esta nueva realidad están las dotaciones tecnológicas de nuestras escuelas. ¿Acaso será suficiente la dotación? ¿Dónde dejamos la capacitación de los maestros? Dentro de las diez metas del Objetivo Desarrollo Sostenible 4 de la ONU, están precisamente, el numeral 4.a) Entornos de aprendizajes eficaces y el 4 b) Incrementar la oferta de docentes cualificados.

 

CONCLUSIONES

Toda realidad ignorada prepara su venganza.

Ortega y Gasset en Epílogo para ingleses (1938).

 

El uso de la tecnología en el proceso educativo constituye un hecho ineludible, continuo y sujeto a fases evolutivas complejas, relacionadas, mayoritariamente, con el desarrollo social y económico de la sociedad. Así mismo, la evolución educativa permanecerá mejorando y facilitando la difusión de cada suceso innovador que otorgue al ser humano las posibilidades de hacerse más eficiente.

En el caso de las TIC y lo concerniente a las comunicaciones electrónicas, representada en el Internet, el uso de los celulares y otros dispositivos portátiles, podemos encontrar avances positivos extraordinarios, entre los que apreciamos: un mundo ventajosamente vinculado, más familiar (cuando se comparte positivamente la tecnología), interdependiente, sin carecer de una autonomía práctica, donde pocas cosas pueden permanecer ocultas. Sumamos a lo anterior lo relativo a la creatividad, la investigación inmediata de temas con extensa vinculación referencial, noticias en vivo, así como, otras tantas ventajas de la comunicación planetaria.

También surgen tendencias a un comportamiento evasivo, enajenado, abstraído del contexto inmediato, absorto; podríamos especular al observar manifestaciones de una variante del pensamiento mágico, con escaso reconocimiento de las apreciaciones físicas y/o sociales del entorno.

Piaget (1929) señala que este pensamiento mágico se da en la primera etapa de desarrollo cognitivo del niño, conocida como preoperacional, cuando comienza a asimilar su realidad a través de una codificación egocéntrica, entre los 2 a 7 años de edad; con el uso continuo de los juegos virtuales y la escasa comunicación afectiva podría verse extendida la manifestación del pensamiento mágico hasta mucho más allá de la adolescencia y la juventud temprana. Tal hecho retarda la consolidación del pensamiento lógico, pensando que sus ideas y deseos tienen una influencia directa en la realidad que están experimentando.

Al igual, sumergirse sin límites y sin horarios conscientes y sensatos en juegos virtuales, por mucho que tengan algún componente educativo o generador de creatividad, conducirá, irremediablemente, a una situación psico - dependiente y de extrema ansiedad.

 

 

Consecuencias de excedernos en el uso de la tecnología en el área educativa.

Podemos subrayar las implicaciones en la salud psíquica del niño y el adulto a partir del uso temprano e inadecuado de los dispositivos tecnológicos, contempladas en diversos estudios, entre ellos los de Marian Rojas-Estapé, psiquiatra especializada. Ella, en la búsqueda del equilibrio emocional de sus pacientes, ha encontrado que la gran mayoría de éstos pierden el verdadero sentido de la vida, creándose un vacío que conlleva a estados peligrosos de depresión. Parte de la búsqueda de momentos agradables, felices, en cada individuo, tiene que ver con poseer una adecuada orientación hacia lo que verdaderamente le da sentido a tu vida. Muchas personas sustituyen el verdadero sentido de la vida por sensaciones; sensaciones (estímulos vibrantes), que son suministradas por la “pantalla” y que rápidamente van convirtiéndose en adictivas.

Nuestra emocionalidad e intercambio afectivo requieren de un flujo constante de hechos sociales y psíquicos, caracterizados por elementos de reconocimiento, de fortalecimiento del ego, prominentemente edificadores de nuestra identidad como grupo social, familiar y/o cultural. A través de las redes sociales, obtenemos una conexión inmediata con la sensación de sentirnos vistos, sentirnos escuchados, degustar, probar y consumir con imágenes o pedidos por delivery cualquier comida, medicamento, prenda de vestir o herramienta o utensilio necesario.

Hemos construido el culto al instante, en pocas fracciones de tiempo satisfacemos esas sensaciones que demanda nuestro ego, pasando a un plano de menor interés los objetivos programáticos educativos. Al satisfacernos con las imágenes virtuales, nuestro sistema genera la dopamina que crea esa felicidad artificial. Al apagarse la pantalla, desaparecen las imágenes y una sensación de vacío sustituye el anterior estado de euforia. El vacío nos lleva a la frustración, y de allí a una impresión de amenaza, sea real o imaginaria, que induce al organismo a producir Cortisol, sustancia fisiológicamente productora de estados de alerta y angustia, que, al no poder ser atenuados, van conduciendo a la irritabilidad, depresión y una desmedida intranquilidad.

La Tecnología y lo educativo: cómo manejan el asunto psicológico.

La felicidad que buscamos como personas, o al menos un estado equilibrado de nuestra realidad, dependerá de la manera como interpretamos esa realidad, lo que nos sucede a diario. Marian Rojas-Estape (2021) señala 3 factores que intervienen en la interpretación de la realidad de cada uno:

 1) Nuestro sistema de creencias, como deben ser las cosas para nosotros; 2) El estado de ánimo: situación orgánica, cómo duermo, situación psicológica, actitud: la voz interior que puede tener un fuerte impacto directo en nuestra vida, en nuestras células, nuestros genes… el que domina su voz interior es capaz de ser maestro de su vida y 3) una zona del cerebro, ubicada en el tallo encefálico, denominada Sistema Reticular Activador Ascendente, el cual actúa como un rastreador y filtrador de los asuntos que desde el entorno le interesan al cerebro, dependiendo en lo que la mente ocupa su tiempo, de lo que le importa. Esto explica por qué cuando la mente insiste en algún proyecto o meta a perseguir, se comienzan a percibir las oportunidades que, canalizadas debidamente, te conducirán al cumplimiento de ese proyecto.

¿Qué sucede con el Sistema Reticular Activador Ascendente (SRAA) cuando no es estimulado con los elementos naturales del entorno, sino por la luz, el sonido y movimiento, ofrecido por la pantalla? Éste va volviéndose incapaz de captar esos estímulos externos y va tornándose torpe para poder captar otros estímulos reales requeridos para responder socialmente a acciones involucradas en asociación en grupos, obedecer órdenes, saber esperar un turno y controlar las esperas, entre otras muchas acciones.

Estamos inmersos en una era caracterizada por el exceso de información, sin poder, muchas veces, diferenciar sobre su veracidad, su medida exacta y grado de vinculación a un contexto dado, su consistencia, congruencia y sí es oportuna para el momento preciso en el que se demanda. Los datos son manipulados hacia intereses sesgados, con claro propósito de crear un analfabeto virtual, consumidor inconsciente de información. Las circunstancias humanas para acceder a un paquete informativo sin la debida preparación consciente se dan, mayoritariamente, cuando las personas están bajo estrés o en aburrimiento; sin tomar en cuenta cuando nos conectamos para realizar un trabajo específico. Se busca la pantalla para aliviar ese estrés, ese aburrimiento… y precisamente las redes han sido diseñadas para aliviar; ofrecen una satisfacción inmediata, saciando rápidamente lo deseado. Se ha ido formando una sociedad con nula tolerancia a la frustración. (Rojas-Estapé, 2021).

Continua Marian Rojas – Estapé: “no sabemos posponer la recompensa, es la era de la inmediatez…El estrés y el aburrimiento son básicos para el ser humano...Las personas que se equilibran con su interior y conectan de manera sana con lo que les sucede son personas que gestionan mucho mejor su estrés y su aburrimiento.” (Rojas- Estapé, 2021).

Por lo tanto, la pantalla suministra una tranquilidad pasajera, una felicidad instantánea. Conceptualizar la felicidad resulta un tanto complejo, pero si sabemos que ésta tiene que ver con el amor y con el trabajo, dos aspectos humanos vitales en nuestras relaciones habituales con los demás. Pero, ni el amor ni el trabajo nos suceden de manera inmediata; no obtenemos de ellas gratificación instantánea, sino que requieren esfuerzos, constancia, voluntad, cariño, dedicación, requieren de tiempo y de una capacidad de saber posponer la recompensa deseada. Sí deseamos acercarnos a la felicidad en el mundo real, sin artificios tecnológicos, al menos, en el menor grado posible, tenemos que aprender a posponer las recompensas, lidiar con la frustración y la espera.

Ahora, podemos comprender que, sí los estímulos externos son los únicos que actúan para hacer prestar atención al cerebro de un niño, le estaremos dando poca oportunidad de desarrollo a su corteza prefrontal, que es la zona que se encarga de la atención, la concentración, de la resolución de problemas, del control de impulsos, es decir nos ayuda a tener fuerza de voluntad, nos ayuda a superar las dificultades al ver las posibles soluciones.

Una de las graves consecuencias de no atender un verdadero desarrollo cognitivo, emocional y afectivo del individuo es la llegada de una generación con nula capacidad de prestar atención de manera pausada, ninguna capacidad de concentración, ninguna tolerancia a la frustración y descontrol de los impulsos.

En resumen, un uso indiscriminado de paquetes educativos virtuales, pueden desencadenar situaciones no deseadas en las mentes y comportamientos de estudiantes, sean jóvenes o adultos, poniendo en riesgo su bienestar psicológico. Además, al no tener la preparación idónea y una real conciencia sobre un equilibrado uso de la tecnología, nos veremos confundidos y equivocadamente la relacionaremos con una necesidad sana de experimentar situaciones placenteras o con satisfacer nuestros deseos personales, convirtiéndose en un logro pasajero, sin poder cumplir dimensiones más amplias, requeridas para el bienestar psicológico. Algunos autores han descrito estas dimensiones como: “1) Autoaceptación, 2) Dominio del entorno, 3) Relaciones positivas con los demás, 4) Autonomía, 5) Crecimiento personal y 6) Propósito de vida.”

(Riff y Singer, 2008).

Nuestra propuesta

Seguimos creyendo en la noción de diversidad planteada por Emilia Ferreiro:

Ni la diversidad negada, ni la diversidad aislada, ni la diversidad simplemente tolerada. Pero tampoco la diversidad asumida como un mal necesario, o celebrada como un bien en sí mismo, sin asumir su propio dramatismo. Transformar la diversidad conocida y reconocida en una ventaja pedagógica: ése me parece ser el gran desafío para el futuro. (Ferreiro,1994).

En este mismo sentido, la Sra. Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, durante la Conferencia Internacional sobre Inteligencia Artificial y Educación, dijo: “Debemos orientar esta revolución hacia la dirección correcta para mejorar los medios de subsistencia, reducir las desigualdades y promover una mundialización justa e inclusiva.” (Giannini, 2019). 

Creemos en la posibilidad de una convivencia dialéctica entre la tecnología y el libro físico y digital. El libro como instrumento de un pensamiento crítico y liberador, en el mejor sentido freiriano en su texto La importancia del acto de leer (1983). La lectura de la palabra como lectura del universo, escritura y re-escritura transformadoras.

Debemos insistir en ofrecerle al niño, al adolescente, el paso al universo de los libros, descubrir sus misterios accediendo al portal de sus solapas. Retarlos a descubrir las hazañas por las que atraviesa un buen lector, en estos tiempos de acoso banal de las redes sociales.

La lectura y la escritura han de constituirse en un acto de rebeldía del estudiante, del maestro, del representante. La escuela, el liceo, pueden carecer de algunos o muchos recursos de dotación física y tecnológica. Sin embargo, no ha de faltar en las manos de un buen maestro el libro y la lectura oral.

Aunque existan infinitas vías de acceso al mundo virtual, la escuela puede exigir a cada educador-formador crear para sus estudiantes espacios virtuales de comunicación, conocimiento, orientación e información.

El pizarrón o la pizarra tradicional, primer recurso de enseñanza aprendizaje en los ambientes educativos, evolucionó a las pantallas del ordenador, de los dispositivos tecnológicos y sus pantallas digitales hasta la pizarra digital interactiva (PDI) en la que se interactúa con los estudiantes a distancia, quienes responden interrogantes al maestro y después de dar sus respuestas, de inmediato, se representa a través de un gráfico el porcentaje de estudiantes que ha respondido acertadamente; de esta forma el maestro evalúa si ha de volver sobre el tema.  

En este sentido, ¿qué pueden hacer los docentes en Venezuela ante un limitado acceso a recursos digitales de última generación en los ambientes educativos? El maestro y el estudiante, inmersos en un cúmulo de privaciones, en todos los niveles y, además, de dotación tecnológica en las escuelas, los liceos y las universidades, al menos, han de utilizar, en el mejor de los casos, las redes sociales, los blogs spots, las páginas webs, los grupos de WhatsApp, como ventanas “efectivas” de comunicación, difusión y consolidación de los aprendizajes cognitivos, socioculturales y significativos, en el mejor sentido piagetiano, vygotskiano y ausbeliano (1918-2008) de los términos, para los discentes en los ambientes educativos. Y ante la ausencia total del internet, de aparatos tecnológicos, en poblaciones y escuelas de nuestro país, el maestro tomará el libro como salvavidas de sí mismo y de sus niños, evitando a toda costa naufragar.

 

Conflicto de interés

Los autores no tienen conflictos de interés

 

Financiación

Este proyecto no contó con ninguna fuente de financiación

 

Responsabilidades Éticas

El proyecto fue aprobado por el comité de ética de la institución.

 

 

 

 

 

REFERENCIAS

Arendt, Hanna (1993). La Condición Humana. Barcelona, España: Paidós.

Blanco Alarcón, Leyda Alejandra (2020). Perspectiva cronológica de las TIC en las organizaciones públicas venezolanas, Educere, Vol. 24, N° 78, pp.337-349, Mérida, Venezuela: Universidad de Los Andes. https://www.redalyc.org/journal/356/35663284012/html/ 

Briceño Iragorry, Mario (1951). Mensaje sin destino. En: Obras Completas (1990) Vol. 7. Ideario Político Social I. Pensamiento Nacionalista y Americanista I. Caracas, Venezuela: Ediciones del Congreso de la República, pp. 155-245.

Darling, Katty (2020). ¿Conseguirán los robots hacerse con el control? Los verdaderos problemas asociados a la IA y la robótica. https://www.iberdrola.com/shapes/kate-darling-problemas-inteligencia-artificial-robotica 

Desmurget, Michel (2020). La fábrica de cretinos digitales. Los peligros de las pantallas para nuestros hijos. Traducción de Lara Cortés Fernández. Barcelona, España: Planeta.https://www.academia.edu/67773156/La_f%C3%A1brica_de_cretinos_digitales_Michel_Desmurget ../../Libertad/Documents/LIBROS PDF/La fábrica de cretinos digitales.pdf  

Ferreiro, Emilia. (1995). Diversidad y proceso de alfabetización: de la celebración a la toma de conciencia. Revista de ciencias sociales, (2), 9-19. Disponible en RIDAA-UNQ Repositorio Institucional Digital de Acceso Abierto de la Universidad Nacional de Quilmes. http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/1362 (1999). En: 2021 Metas Educativas (La educación que queremos para la generación de los bicentenarios) (2010), Madrid: Organización de Estados Iberoamericanos, OEI. https://derechodelacultura.org/wp-content/uploads/2019/05/METAS-EDUCATIVAS-2021.pdf?view=download

Fuentes, Carlos (2008). En esto creo. Educación, 42-48, Ciudad de México, México: Alfaguara.

García, Charly (2023). Say no more: explorando el ojo del huracán de Charly García, Santiago de Chile: La Caja de Ares.  https://www.youtube.com/watch?v=xZiBCTp2xls

Giannini, Stefania (2019). La inteligencia artificial en la Educación. https://es.scribd.com/document/721941981/La-Inteligencia-Artificial-en-la-Educacion

Grupo Iberdrola (2022). Informe de innovación. Bilbao, País Vasco, España. https://www.iberdrola.com/documents/20125/2731938/Informe-de-Innovacion-2020-2022.pdf

Olcott, Don Jr., Carrera Farran, Xavier, Gallardo Echenique, Eliana Esther y González Martinez, Juan (2015). Ética y Educación en la era digital: perspectivas globales y estrategias para la transformación local en Cataluña. RUSC. Universities and Knowledge Society Journal, 12(2). págs. 59-72. http://dx.doi.org/10.7238/rusc.v12i2.2455  

Ortega y Gasset (1938). Epílogo para ingleses, IV, 281-285. Madrid, España: Ediciones Castilla. https://marcosfabionuva.com/wp-content/uploads/2011/08/obras-completas-de-ortega-y-gasset-tomo-4-espanhol.pdf

Riff, Carol (2008). Las 6 dimensiones del bienestar psicológico. https://lamenteesmaravillosa.com/las-6-dimensiones-del-bienestar-psicologico/

Rojas-Estapé, Marian (2021). Adicción a las redes sociales. (Causas y consecuencias en el cerebro). https://www.youtube.com/watch?v=O_nkO1VZJcc

 

 

 

                                                                                                    

 

 

 

©2024 por los autores. Este artículo es de acceso abierto y distribuido según los términos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/