Mikarimin. Revista Científica Multidisciplinaria ISSN 2528-7842
MOVILIDAD ESTUDIANTIL Y TURISMO ACADÉMICO
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MOVILIDAD ESTUDIANTIL Y TURISMO ACADÉMICO: MIRADAS COMUNES
ENTRE LA INTERNACIONALIZACIÓN Y EL TURISMO
MOVILIDAD ESTUDIANTIL Y TURISMO ACADÉMICO
AUTORES: Luis Miguel Campos Cardoso
1
Isis Laura Corcho Reyes
2
DIRECCIÓN PARA CORRESPONDENCIA: lmcampos@uclv.edu.cu
Fecha de recepción: 23-07-2019
Fecha de aceptación: 19-09-2019
RESUMEN
La internacionalización de la educación superior ha sido foco de atención en las universidades e
institutos de educación superior. En los últimos años, la afluencia de jóvenes estudiantes
universitarios internacionales ha crecido considerablemente. Como efecto de la
internacionalización ha emergido una modalidad turística conocida como Turismo Académico, es
por ello que en la investigación se plantea indagar la génesis de esta modalidad retomar las raíces
de la misma, así como analizar su estructura y su interrelación con otras modalidades tomando en
cuenta la necesaria gestión del Turismo Académico en destinos turísticos. Se realizó un análisis
conceptual desde la perspectiva de varios autores a nivel internacional y nacional. Los resultados
identificados permitieron ahondar en la amplia interrelación entre la internacionalización, el
turismo académico y las formas de gestión del mismo, el esclarecimiento de las Áreas de
Resultados Claves propias de la modalidad que favorezcan una adecuada gestión para el
desarrollo de un destino turístico.
PALABRAS CLAVE: internacionalización; educación superior; turismo; turismo académico.
STUDENT MOBILITY AND ACADEMIC TORUISM: COMMON VIEWS BETWEEN
INTERNATIONALIZATION AND TOURISM
ABSTRACT
The internationalization of higher education has been a focus of attention in universities and
institutes of higher education. In recent years, the influx of young international university
students has grown considerably. As a result of internationalization, a tourist typology known as
Academic Tourism has emerged, which is why in research it is proposed to investigate the
genesis of this modality by retaking its roots, as well as the analysis of its structure and its
interrelation with other modalities. Taking into account the necessary management of Academic
Tourism in tourist destinations. A conceptual analysis was carried out from the perspective of
several authors at international and national level. The results identified allowed to delve into the
1
Licenciado en Lengua Inglesa. Máster en Educación Superior, mención Docencia Universitaria. Doctor en Ciencias
Pedagógicas. Profesor Auxiliar del Departamento de Turismo. Jefe de la Sección de Exportaciones de Servicios
Académicos de la Dirección de Relaciones Internacionales. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas
(UCLV). Cuba.
2
Licenciada en Turismo. Profesora Instructor del Departamento de Turismo. Sección de Exportaciones de Servicios
Académicos de la Dirección de Relaciones Internacionales. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas
(UCLV). Cuba. E-mail: icorcho@uclv.cu
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wide interrelationship between internationalization, academic tourism and its forms of
management, the clarification of the Areas of Key Results characteristic of the modality that
favor an adequate management for the development of a tourist destination.
KEYWORDS: internationalization; higher education; tourism; academic tourism.
INTRODUCCIÓN
“La movilidad de estudiantes ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. Los
centros académicos cuentan con un porcentaje creciente de estudiantes extranjeros que acuden a
su institución en búsqueda de adquirir una experiencia distinta a la de su país de origen (…). La
movilidad se ve cada vez más facilitada por los numerosos convenios firmados por los centros
académicos, por la inclusión en su oferta de cursos destinados exclusivamente a los extranjeros o
por el desarrollo de programas de intercambio, sobre todo a nivel europeo”. (Pawloswska, 2011,
pp. 3).
De acuerdo al informe sobre la ciencia de la UNESCO, ha habido un aumento a largo plazo del
número de estudiantes internacionales de la enseñanza superior, de 0,8 millones en el año 1975 a
4,1 millones en el 2015, según parece reflejado en la Figura 1. Entre los años 2005 y 2013, el
número de estudiantes internacionales pasó de 2,8 millones a 4,1 millones respectivamente,
elemento que muestra un crecimiento sostenido en esos últimos diez años condicionados por
cambios en la estructura tanto de la oferta académica como el aumento de la internacionalización
como uno de los procesos sustantivos en la educación superior contemporánea.
Figura 1. Crecimiento del número de estudiantes internacionales entre 1975 y el 2013. Fuente: Instituto de
Estadística de la UNESCO (junio, 2015).
Las tendencias de la movilidad internacional, no sólo se concentran en estudiantes, tanto de
pregrado y posgrado, sino que es también común el aumento de la movilidad de profesores,
investigadores, gestores de procesos universitarios; añadiendo aún mayor cantidad de cuotas que
se desplazan por motivos de movilidad y relacionado con los procesos de internacionalización de
la educación superior. El crecimiento de las asociaciones, consorcios, redes y eventos
internacionales, así como los proyectos que se gestan a un nivel interregional, permiten un mayor
alcance de la movilidad entre las universidades.
Esta movilidad ha tenido un aumento de forma interregional, denotando una mayor expansión en
las relaciones entre instituciones de educación superior de distintos continentes. Es evidente que
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el comportamiento de la demanda de los servicios académicos internacionales, así como los
aspectos profesionales y académicos rompe con las estructuras del turismo convencional ya que
normalmente el respaldo económico de los viajes no está dado a la capacidad financiera del
viajero, sino que depende de los presupuestos de viajes de las universidades, instituciones,
organizaciones y proyectos internacionales, los cuales entre sus bases contemplan suficientes
presupuestos para asumir los viajes tanto de larga y corta distancia, y los financian.
Todo esto, por supuesto, va aparejado no sólo a la incidencia de los niveles de ingresos o
presupuestos para ejercer el pago de los servicios académicos y los servicios turísticos; la
demanda de esta movilidad también se desplaza a partir de las condiciones y las capacidades del
destino, incluyendo su infraestructura y aparejado a ello las actividades académicas, el nivel de
desarrollo alcanzado en determinadas áreas del conocimiento, la integración a las actividades
turísticas, a las académicas, las facilidades de pago, las facilidades de servicios, la accesibilidad y
la actitud de los residentes locales, entre otros elementos, que compulsan a la movilidad. Estos
segmentos manifiestan patrones propios de comportamiento en determinados destinos, su propia
estacionalidad, diferenciación en cuanto a otros segmentos de mercado que tienen su distinción
en cuanto a: niveles de renta, niveles de gastos, formas de viaje y niveles de operación entre las
sedes de educación superior, entre otros.
Vargas (2019) considera que, hasta la actualidad, los destinos preferidos para el desarrollo de
actividades académicas y profesionales por parte de estudiantes universitarios son: Australia,
Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Sudáfrica, China, República de Corea y Nueva
Zelanda. Entre estos destinos se destacan varios factores que les permite ser elegibles entre los
estudiantes de pregrado y posgrado a nivel internacional. En primer lugar, en su mayoría, son
países desarrollados con un parque tecnológico y una infraestructura de apoyo a los servicios
académicos en las instituciones académicas; las principales universidades se han especializado en
la oferta académica al mercado mundial con resultados palpables a partir del uso de
procedimientos de gestión con relación otros destinos principiantes. Otro elemento que es notable
es la seguridad que se ofrece para garantizar la estancia de los estudiantes y la flexibilidad en los
programas de intercambio para la estancia de los mismos, dos elementos que son sumamente
importantes para la expansión de la movilidad.
Según la UNESCO (2019) varios destinos turísticos se han especializado en determinadas
disciplinas científicas y han dominado tradicionalmente los escenarios científicos, entre ellos, los
ubicados en la Unión Europea; Estados Unidos y China, quien posee una fortaleza relativa en
áreas como la Astronomía y una debilidad relativa en las Ciencias Agrícolas, elemento que es
perfectamente usado por otras regiones que son más fuertes en ésta área. Reino Unido, se
caracteriza por una fuerte concentración en Ciencias Sociales; Francia en las Ciencias
Matemáticas. Los Estados Unidos y el Reino Unido se centran más en las Ciencias Biológicas y
la Medicina mientras que Japón se centra en las Ciencias Químicas. Entre los países del grupo
BRICS existen algunas diferencias llamativas, por ejemplo, la Federación Rusia está muy
especializada en las Ciencias Físicas y la Astronomía, las Geociencias, las Ciencias Matemáticas
y las Ciencias Químicas. China se ajusta a una pauta bastante equilibrada, si se deja a un lado la
Ciencias Psicológicas, las Ciencias Sociales y las Ciencias Biológicas, ámbitos en los cuales la
producción científica de China alcanza un nivel mucho más alto de desarrollo que el resto de los
países que pertenecen a este grupo.
Vargas (2019) analiza algunos datos sobre la movilidad estudiantil donde plantea que los
principales países emisores de estudiantes extranjeros son China, quien envía el mayor número de
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estudiantes al extranjero, y le siguen India, República de Corea, Alemania, Japón, Francia,
Estados Unidos, Malasia, Canadá y la Federación de Rusia. En conjunto, estos diez países
representan 38% del total de estudiantes que se emiten a nivel mundial. Entre los países
receptores, Estados Unidos ocupa el primer lugar, ya que acoge a la mayoría de estudiantes
(21%), seguido del Reino Unido, Francia, Australia, Alemania, Japón, Canadá, Sudáfrica, la
Federación de Rusia e Italia, en ese orden. Estos 10 países acogen al 71% de los alumnos
viajeros. España ocupa el lugar 16, con más 56.000 estudiantes extranjeros.
Según la UNESCO (2019), ya en 2012, varios países contaban con más de 10.000 estudiantes de
doctorado residentes en el extranjero: China (58.492), India (30.291), Alemania (13.606), Irán
(12.180) y la República de Corea (11.925). Otros diez países (Italia, Canadá, Estados Unidos,
Arabia Saudita, Indonesia, Francia, Viet Nam, Turquía, Pakistán y Brasil) contaban con más de
4.000 estudiantes en el extranjero cada uno. Estas cifras permiten ver un fuerte dinamismo de la
cooperación científica internacional y demuestra la importancia que tiene para estos países la
formación posgraduada a nivel terciario.
El estimado comparativo de movilidad internacional es considerado el número de estudiantes que
están matriculados en programas de doctorados en el extranjero. Al analizar este estimado a nivel
mundial, entre el 2000 y el 2013, se observa un crecimiento de 1,8%, siendo una cifra muy baja y
matizado por las irregularidades en el crecimiento por regiones, según se analiza por el Instituto
de Estadísticas de la UNESCO, quien señala que entre el 2000 y el 2013 el comportamiento por
regiones estuvo liderado por Asia Central (China) quien en el 2000 el 3,7% de sus estudiante de
doctorado estaban matriculados en el extranjero mientras que ya en el 2013 había crecido a un
7,6%, como se muestra en la Fig. 2.
Otro aspecto interesante que se muestra en esta Fig. 2 está relacionado con el hecho de que China
no solamente ha alcanzado el más rápido y alto crecimiento en apenas unos 13 años, sino que hay
regiones como el África Subsahariana que ha decrecido de un 6,0% de sus estudiantes de
doctorado en el extranjero en el año 2000 al 4,0% en el 2013 y así también América Latina y el
Caribe ha ligeramente decrecido en una diferencia de 0,2% entre estos años, elementos que
muestran los desiguales niveles de acceso a la educación terciaria a nivel internacional en las
regiones más empobrecidas y con menos recursos financieros para la inversión en la educación
doctoral de sus estudiantes en el extranjero.
La UNESCO (2019) señala, de acuerdo a la Fig. 3, que ya en el 2012 había países que
aglutinaban al 89% de los estudiantes en Ciencias Técnicas e Ingenierías que se desplazaban al
extranjero para cursar estudios de doctorado, posicionándose en la actualidad como los
principales destinos académicos para la formación doctoral. Ejemplo de estos, es los Estados
Unidos quien acoge por solo a prácticamente la mitad de ellos (49,1% en el 2012), seguidos
por el Reino Unido (9,2%), Francia (7,4%), Australia (4,6%), Canadá (3,9%), Alemania (3,5%),
Suiza (3,1), Japón (2,9%), Malasia (2,9%) y Suecia (2%). Esto permite confirmar que los flujos
de estudiantes de doctorado en éstas áreas de conocimiento se mueven a países desarrollados con
un gran avance en las ciencias técnicas.
El porcentaje de estudiantes en el campo de las Ciencias Naturales que cursaba estudios de
doctorado en el extranjero se cifró en un 29%, frente a un 13% que cursaba estudios de Máster y
Licenciatura. En el caso de los estudiantes en disciplinas relacionadas con las ingenierías, la
industria y la construcción, esos mismos porcentajes se cifraron en un 24% y un 16%
respectivamente, mostrando que las cuotas de estudiantes de posgrado a nivel internacional casi
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duplica las cuotas de estudiantes de pregrado, siendo una tendencia que se mantiene hasta la
actualidad.
Figura 2. Estimado comparativo de la movilidad internacional por regiones y general del mundo entre el 2000 y el
2013. Fuente: Instituto de Estadísticas de la UNESCO (junio, 2015).
Figura 3. Destinos preferidos por los estudiantes de Doctorado en Ciencias Técnicas e Ingeniería. Fuente: Instituto de
Estadísticas de la UNESCO (junio, 2015).
Otro elemento que tipifica las tendencias y la demanda del mercado de servicios académicos
según UNESCO (2019), está dado en que el mercado norteamericano toma cuatro de cada diez
estudiantes de doctorado que se encuentran en programas internacionales y la brecha con el resto
de los destinos a estudiantes de doctorado es muy amplia e inalcanzable; estos principales
destinos de programas internacionales de doctorado son: Reino Unido (10,8 %); Francia (8,3 %);
Australia (4,7%); Japón (4,3%); Alemania (3.9%); Canadá (3,1%); Suiza(3,1%); Malasia (2,8%);
Suecia (1.7%); China (1,7%); Austria (1,7%); Holanda (1,4%); Bélgica (1,4%); República de
Corea (1,3%); España (1,1%); Italia (1,1%); Nueva Zelanda (0,9%); República Checa (0,9%) y
Noruega (0,8%).
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Varios destinos se han especializado de tal forma en la movilidad de estudiantes internacionales
que la suma de aspirantes a doctores que provienen de otros países, y programas internacionales,
es mayor que la suma de aspirantes internos. Según UNESCO (2019), la mayoría de los
estudiantes de doctorado que se formaban en Luxemburgo, Liechtenstein y Suiza eran estudiantes
internacionales, constituyendo el 80%, 75% y 51% respectivamente de los estudiantes
internacionales que se formaban en doctorados. Así ocurría, de igual forma, en otros destinos
como Francia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Holanda donde más del 40% de sus estudiantes de
doctorados eran internacionales, en el 2012. Esta misma tendencia, según la UNESCO (2019),
ocurría, pero en vez desde la perspectiva de destino receptor se daba a partir de los diferentes
segmentos de mercados, por ejemplo, Arabia Saudita tenía más estudiantes de doctorado
matriculados en programas en el exterior en el 2012, que en su propio territorio como aspirantes
internos; así también se distinguían en este sentido Viet Nam, la India y China.
Otras de las tendencias en torno a los servicios académicos en doctorados, está dada a partir de
las áreas del conocimiento. Según las estadísticas del Instituto de Estadísticas de la UNESCO, las
áreas en la formación doctoral que más demanda tienen son: las Ciencias Técnicas con un 29%;
las Ingenierías, la Manufactura y la Construcción tienen el 24% de la distribución de estudiantes;
las Ciencias Sociales, los Negocios y Leyes, poseen el 19% de estudiantes; las humanidades y las
artes poseen el 12%; la salud posee el 7%; la educación con el 3%; la agricultura con 2% y los
servicios con 1%.
Debe además valorarse de forma crítica, en este sentido, que ni las estadísticas de la UNESCO, ni
de otras organizaciones internacionales relacionadas con la movilidad estudiantil internacional
aparece datos ni cifras actualizados y relacionados con las tendencias de la movilidad
internacional, lo que no permite hacer un análisis más actual de las estadísticas. Sin embargo, si
bien la mayoría de las tendencias marcan pautas positivas en torno a la ampliación de la
infraestructura y de los servicios académicos en los destinos turísticos, y consecuentemente con
ello el realce de nuevos segmentos de mercado, algunos pronósticos no son tan halagüeños:
“Muchos esperan que este crecimiento continuara e incluso se acelerara. Sin embargo, eso no
sucedió. A partir de 2012, la tasa de crecimiento cayó a casi cero. Entre el 2012 y 2015 sólo se
sumaron 100 000 estudiantes a los 4,5 millones como cifra global, (…) no es considerado un
revés temporal, sino que un fenómeno más estructural”. (Van Damme, 2018, p.13).
“Ha existido una evolución de la oferta y la demanda de los servicios académicos, en cuanto a la
demanda ha habido una mejora de la educación nacional, inversión de capital en la infraestructura
de las universidades en los principales mercados emisores (India y China), las universidades han
sido evaluadas en un estatus de excelencia al ingresar a los rankings internacionales. También es
necesario observar la oferta, los avances en los principales destinos. Es evidente que, en los
países activos en la exportación de servicios académicos, ha cambiado radicalmente de un
enfoque de hospitalidad muy acogedor a un enfoque hostil hacia los estudiantes extranjeros, las
actitudes populares y las políticas se han hecho cada vez más hostil. Esto ha sucedido en los
principales destinos académicos como Australia, Reino Unidos, Estados Unidos, Holanda, Suecia
y Suiza. El rechazo general ante la emigración, agravado por la crisis de refugiados y los flujos de
solicitantes de asilo ha hecho cambie radicalmente para los estudiantes extranjeros”. (Van
Damme, 2018, p.13).
“La evolución y perspectivas de los servicios académicos han estado condicionadas por la
conjugación de factores internos y externos, en la medida en que se basa en la movilidad de un
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país hacia otro por razones académicas, científicas y culturales en su sentido más amplio. Lo
interno, en mismo, tiene tres niveles: nivel de macroentorno del país, lo concerniente a las
políticas del país en torno a la educación superior y lo específico de cada entidad universitaria.
De los elementos internos que inciden directamente en el nivel de desarrollo de estas actividades
de movilidad, se pueden destacar: calidad de la educación superior, su visibilidad internacional;
gestión de venta de las ofertas académicas y nivel de desarrollo del turismo en el país. El
adecuado nivel de cada uno de ellos y su interrelación es imprescindible, pero insuficiente para la
potenciación de la movilidad. No basta con la consolidación y desarrollo de estos factores
internos. El marco internacional condiciona las tendencias de la movilidad turística, tanto en su
cuantía, como en cada una de sus modalidades. Ese marco, a su vez, está predeterminado por los
centros de poder mundial, los que marcan las tendencias del proceso de globalización”.
(Villavicencio, 2009, pp.141).
La situación económica mundial actual relacionada con la recesión financiera, los recortes de los
presupuestos económicos de las universidades e instituciones financieras; el aumento de los
precios de los productos y servicios en los mercados emisores de turistas y la falta de
convergencia entre las monedas locales y la de los turistas; el aumento del desempleo y el acceso
a fuentes de financiamiento y el detrimento por parte de la demanda turística de sus niveles de
renta para costear los viajes relacionados con motivos profesionales, no ha generado una
capacidad financiera para acceder a los servicios académicos fuera de los propios destinos y ha
compulsado a cambios en la estructura de la demanda con una disminución de los niveles de
movilidad por razones profesionales y académicas. Todos estos cambios, tanto a nivel de macro
como micro del entorno turístico actual, requieren de nuevas estrategias por parte de los destinos
turísticos en yuxtaposición con los centros de educación superior y cuyas fuentes de ingresos
están influenciadas por la capacidad de la demanda del turismo académico y la fluctuación de la
movilidad estudiantil.
DESARROLLO
Los flujos de movilidad estudiantil promueven el turismo académico
“La movilidad universitaria internacional ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos
años, contando en la actualidad los centros de educación superior con un porcentaje creciente y
cada vez más importante de alumnos procedentes de otros países. A nivel europeo esta movilidad
se ha visto especialmente favorecida por una serie de factores entre los que se encuentran los
numerosos convenios firmados entre universidades, la inclusión dentro de la oferta de estas de
cursos destinados exclusivamente a estudiantes extranjeros o la potenciación de distintos
programas de intercambio”. (Martínez, Pereira y Pawlowska, 2013, pp. 230).
De las consideraciones anteriores Pawlowska (2011) plantea la necesidad de analizar qué tipo de
movilidad estudiantil se puede considerar como turismo académico. Según esta autora, la
respuesta a esta pregunta determinará las condiciones que debe cumplir esta movilidad para que
pueda ser clasificada como actividad turística. “Así se llega a los términos de “turismo
idiomático”, “turismo educacional”, o, el más amplio: el “turismo juvenil”. También a menudo se
incluye a los visitantes cuyo objetivo principal es realizar estudios en el ámbito del concepto de
“turismo cultural”, ya que los objetivos de la movilidad estudiantil no se ajustan estrictamente a
la formación relacionada con sus respectivas carreras, sino que incluyen un conjunto de
experiencias más amplias y anteriormente señaladas”. (Pawloswska, 2011, pp.10).
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El Programa Erasmus en la Unión Europea es unos de los ejemplos más exitosos en la iniciativa
global de movilidad, precisamente el cual promueve las cifras de más de 200 000 estudiantes
anualmente en el marco de Europa, según Filipe, Barbosa, Amaral, Pinheiro, Simões y Paiva
(2017). De acuerdo a los datos disponibles de este proyecto, en el año académico 2012-2013, un
total de 33 países formaron parte del programa, según estos autores, y el destino más popular
dentro de este programa fue España, seguido por Francia y Alemania. En términos de áreas del
conocimiento, las más populares fueron las Ciencias Sociales, los Negocios y el Derecho. “La
movilidad del Programa Erasmus contribuye a alcanzar uno de los objetivos del Proceso de
Bolonia: mejorar la movilidad de los estudiantes dentro de la Unión Europea. Así también se ha
revelado como de gran beneficio para los estudiantes de las diferentes instituciones de educación
superior dentro de los países miembros y se espera que promueva el turismo académico dentro y
fuera de Europa”. (Filipe et. al, 2017, p. 9346).
Según Jarvis y Peel (2008) y Llewellyn-Smith y McCabe (2008) existen varios estudios que
identifican la relación que existe entre la movilidad internacional y el intercambio de estudiantes,
en un contexto donde ambos tipos de movilidad de estudiantes y la industria del turismo se
desarrollan. Filipe et. al (2017) señala “es importante tener en cuenta la conexión entre la
movilidad y el turismo, con el objetivo de contribuir con una efectiva educación de los
estudiantes y la creación de sinergias en los destinos donde se movilizan a los estudiantes en
actividades académicas”. (Filipe et. al, 2017, pp. 9346). Martínez, Pereira y Pawlowska (2013)
plantean que, desde un punto de vista conceptual, la movilidad universitaria puede ser
considerada como una tipología de turismo, puesto que siguiendo las recomendaciones de la
Organización Mundial del Turismo (OMT), las actividades realizadas por las personas que se
desplazan fuera de su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior, pueden ser
consideradas como turísticas.
De acuerdo a Glover (2011) y Van Maele, Vassilicos y Borghetti (2016), estos autores consideran
que en la actualidad se analiza ampliamente en la literatura interesantes detalles sobre las
motivaciones, las facilidades y los obstáculos en la movilidad de los estudiantes lo que revela un
grupo de atributos del turismo en la comunidad receptora y en el destino que son inherentes a la
decisión de los estudiantes: el clima, la accesibilidad, la cultura, los atractivos locales,
complementado con el costo de vida y la reputación de la universidad. “La imagen del turismo en
el destino y las motivaciones de viajes influencian la decisión de compra del estudiante al
seleccionar la locación”. (Glover, 2011, pp. 9347).
Lesjak, Juvan, Ineson, Yap y Axelsson (2015) consideran que, aunque los factores relacionados
con los atributos del destino turístico son altamente aceptados en la toma de decisiones por parte
de los estudiantes en su elección, así como la experiencia previa de otros estudiantes en los
propios destinos, estos elementos constituyen un elemento de análisis e investigación por parte de
los gestores de la modalidad en las universidades y destinos turísticos, sin embargo, estos
elementos no son suficientes. La importancia de la movilidad de los estudiantes y la capacidad de
los centros de educación superior en sus estrategias de comunicación son elementos que se
ponderan más en la actualidad en esta decisión de elección por parte de los estudiantes
internacionales.
El deseo de viajar es uno de los principales elementos motivadores en la decisión de los
estudiantes a viajar (Filipe et. al, 2017). La experiencia de viajar al extranjero está dada por una
naturaleza multifacética, según ha sido planteado por Stone y Petrick (2013), quienes además
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concuerdan en que ésta experiencia combina la educación formal en el aula, la exposición a la
cultura meta, los contactos interpersonales, los viajes y el desarrollo de actividades turísticas.
Uysal y Jurowski (1994), Baloglu y Uysal (1996), Mazzarol y Soutar (2002), Maringe y Carter
(2007) y Lee (2013) retomados por Filipe et. al (2017), concuerdan en que las motivaciones de
los estudiantes versan en primer lugar por el estudio en el extranjero y posteriormente es que son
capaces de seleccionar el destino y la institución de educación superior donde desean estudiar
mientras que Llewellyn-Smith y McCabe (2008) consideran que, además del deseo por viajar, la
práctica de actividades de ocio, en conjunto con la oportunidad de interacción social, son los más
importantes elementos motivadores para solicitar una estancia académica en el extranjero.
Estos aspectos en torno a las motivaciones de la demanda permiten cuestionar sin la movilidad
estudiantil piensa primero en su educación, o en el turismo. Varios autores consideran que existen
diferentes modelos para la gestión de la modalidad de turismo académico tenido en cuenta qué
debe ser lo más importante, la parte académica o la parte turística, o la combinación de ambas
dándole la importancia a ambos procesos de forma sinérgica, holística e integrada. Ritchie
(2003), respecto a este elemento, propone un modelo continuo de “educación primero” a “turismo
primero”, para la gestión de esta modalidad turística. La categoría “educación primero” contiene
a la idea de que la educación será el elemento fundamental de motivación de los estudiantes y el
componente primario será el aprendizaje mientras que el “turismo primero” se convierte en un
elemento secundario para aquello que estén interesados en el aprendizaje, pero primario para los
que estén interesados en hacer turismo.
María-Cubillo, Sánchez y Cerviño (2006) plantean un modelo teórico que integra diferentes
grupos de factores que influencian el proceso de tomar decisiones de los estudiantes
internacionales: elementos personales, imagen del país, imagen de la institución, evaluación de
los programas. Las decisiones de los estudiantes internacionales versan sobre la imagen que
tendrá el país y la institución como tal. Hosany, Ekinci y Uysal (2006, 2007) retomados por
Filipe et. al (2017), consideran que la imagen del destino y la personalidad del estudiante son
conceptos relacionados y tienen un efecto positivo en la relación turista- destino turístico,
elemento que afecta el comportamiento de éste en el miso (Chen y Phou, 2013). Qu, Kim e Im
(2011) y Zhang, Fu, Cai, y Lu (2014) consideran que la imagen del destino tiene un gran impacto
en la lealtad del turista y es un mediador significativo entre las asociaciones de las marcas y sus
recomendaciones de futuras visitas.
Sin embargo, Baharun, Awang y Padlee (2011) retomados por Filipe et. al (2017), identifican el
criterio de un grupo de siete factores: medio de aprendizaje de calidad; se toman decisiones de
compra de los servicios académicos a partir de las experiencias de personas cercanas (amigos,
familiares, internet agentes educativos, profesores, otros estudiantes y graduados); enfoque al
cliente y orientación a los costos de los servicios académicos; la calidad de las facilidades; el
destino y su comunicación con sus públicos.
Hasta aquí, se puede resumir que el turismo académico es una tipología turística contemporánea,
que ha emergido debido al aumento de los desplazamientos de estudiantes en el mundo actual
efecto de la internacionalización de la educación superior. Esta tipología es compleja pues no hay
que entenderla sólo desde la posición estudiantil sino también desde otras motivaciones que
puedan tener los turistas. Del mismo modo el análisis de la misma debe ser realizado desde una
perspectiva teórica que permita comprender el origen de la modalidad hasta su desarrollo en la
actualidad entendiendo su interrelación con otras modalidades turísticas y la necesidad de gestión
de forma integrada y holística desde el destino turístico.
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La estructura del turismo académico
El turismo académico, como modalidad turística, posee infinitas definiciones, elemento que
demuestra una gran diversidad en su aprensión desde el punto de vista teórico y metodológico.
No existe un consenso en cuanto a su origen, algunos autores asocian a la génesis de la
modalidad a partir de su relación con otras modalidades turísticas lo cual ha compulsado a varios
investigadores a buscar alternativas en la necesidad de definir desde el punto de vista teórico los
principales elementos que lo caracterizan, como forma de vindicación de la misma. En el marco
de esta investigación, los autores, se subscriben a la idea de que el origen de la modalidad está
desde el propio inicio de los viajes con motivos profesionales y académicos desde el siglo
XXVIII hasta la actualidad y su surgimiento a partir de las actividades turísticas que se relacionan
con las actividades profesionales, académicas conjuntamente con las actividades de ocio y que
propias del Turismo de Eventos, por lo que se epistemológicamente, los autores de esta
investigación concuerdan con la clasificación de (Swarbrooke y Horner, 2001) los cuales
plantean que el Turismo Académico está relacionado con el Turismo de Eventos, siendo una
submodalidad de éste.
El análisis de estos elementos permite puntualizar, en la Fig. 4, las dos modalidades
fundamentales a las que se ha relacionado el turismo académico: sub-modalidad del turismo de
eventos (Swarbrooke y Horner, 2001) y por otros como una manifestación del turismo cultural
(Pawlowska, 2011) y (Martínez, Pereira y Pawlowska, 2013). En el marco de esta investigación
los autores se afilian a la concepción de la relación que existe del turismo académico con las
actividades profesionales, incluyendo los eventos por lo que se reconoce su relación con el
turismo de eventos, no en tanto así su relación con el turismo cultural. Esto permite esclarece la
posición epistemológica dada a partir de concebir al turismo académico como una modalidad en
con sus propias tipologías y estructura la cual guarda una estrecha relación se relaciona con el
turismo de eventos como ha sido planteado por (Swarbrooke y Horner, 2001).
Figura 4. Relación del turismo académico con otras modalidades turísticas. Fuente: elaboración propia.
Según Martínez, Pereira y Pawlowska (2013) el turismo académico incluye las actividades
realizadas por los estudiantes universitarios procedentes de otros países en sus estancias de
duración inferior a un año. Esta movilidad incluye básicamente lo desplazamientos que se
realizan en el marco de los diferentes programas de intercambio y aquellos que tienen lugar con
el objetivo de aprender o perfeccionar el idioma. La mirada de estos autores, ante el turismo
académico, se reduce, en primer lugar, a incluir solamente como los actores de esta modalidad a
estudiantes universitarios, lo cual es propicio señalar que estudiantes de otros niveles de
enseñanza también realizan movilidad por estudios, así también personas que no están vinculadas
Mikarimin. Revista Científica Multidisciplinaria ISSN 2528-7842
MOVILIDAD ESTUDIANTIL Y TURISMO ACADÉMICO
© Centro de Investigación y Desarrollo. Universidad Regional Autónoma de Los Andes - Extensión Santo Domingo. Ecuador.
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de manera oficial a instituciones de enseñanza sin embargo viajan por motivos académicos. La
comprensión de estos autores sobre la modalidad está relacionada con la percepción a partir de la
movilidad, dejando de analizar que las principales actividades que engloba la misma no tiene en
cuenta todos los procesos y niveles de integración en el destino a partir de la participación de los
actores y stakeholders desde una comprensión de la oferta turística y consecuentemente con ello
la amalgama de actividades académicas y turísticas que se integran y su relación con los recursos
y atractivos turísticos.
La Confederación Mundial de Viajes Educacionales para Jóvenes y Estudiantes aborda una
definición de turismo juvenil y estudiantil, refiriéndose al turismo académico, la cual se relaciona
con otras modalidades turísticas, elemento que brinda una noción de ambigüedad en una posición
epistemológica en cuanto a la modalidad turística en sí y su principal impase está dado a partir de
establecer un grupo etéreo restringido en edad. “En la actualidad se utiliza un amplio rango de
definiciones relacionadas con el turismo estudiantil y juvenil con poca consecuencia en cuanto a
los límites de edad. Esta diversidad está en parte vinculada a las distintas formas que caracterizan
el turismo estudiantil y juvenil como un grupo definido por la edad, generalmente comprendido
entre los 15 y 26 años, aunque con amplias variaciones al respecto; como un nicho de mercado
relacionado con unos determinados productos o estilos de viaje tales como: turismo
independiente; turismo mochilero; turismo de aventura; turismo de idiomas o prácticas
profesionales y los viajes de estudiantes con el objetivo de estudios”. (World Tourism
Organization, 2008, pp.1).
De acuerdo con García, Cabada y Bonilla (2005), Pawlowska (2013), Martínez, Pereira y
Pawlowska (2013), Campos (2017), Corcho y Campos (2018) y Bórquez, Bourlon y Moreno
(2019) existen diferentes tipologías del turismo académico, entre las que se encuentran, por
ejemplo, el turismo científico, el turismo idiomático y el turismo educacional, según quedan
referidos en la Fig. 5. El turismo científico engloba los viajes relacionados con la investigación,
incluyendo los estudios de pregrado y posgrado con una orientación más investigativa,
incluyendo las investigaciones de maestría y doctorado; dentro de los mismos se incluirían, entre
otros, los efectuados con el objetivo de la realización de turismo de voluntariado científico; el
turismo de aventura con dimensión científica y el turismo de investigación científica (Bórquez,
Bourlon y Moreno, 2019).
Figura 5. Las tipologías del turismo académico. Fuente: elaboración propia.
Luis Miguel Campos Cardoso, Isis Laura Corcho Reyes
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Revista Mikarimin. Publicación cuatrimestral. Vol. 6, Año 2020, Edición Especial
Otra de las acepciones de esta modalidad turística es precisamente la de turismo científico. Según
Bórquez, Bourlon y Moreno (2019) el turismo científico es una actividad que surge a finales del
siglo XX, teniendo como objetivo fundamental crear una relación más estrecha entre las
poblaciones locales y la investigación científica, fomentando e incentivando vínculos más
cercanos entre los principales actores de los territorios, procurando generar una armonía entre el
entorno social y el natural y explorando nuevas alternativas que afronten la reciente masificación
del turismo. Bourlon y Mao (2016) definen al turismo de investigación científica como forma de
turismo que se centra principalmente en los viajes que realizan los investigadores con el fin de
recabar información acerca de sus investigaciones o proyectos; su trabajo de campo determina su
inclusión en las dinámicas sociales y económicas del lugar que visita. Estos autores así también
identifican al turismo de aventura con dimensión científica como la forma que permite relacionar
las prácticas de aventura, exploración y deportes con la investigación científica; considerando que
existen diversos motivos que motivan al viajero a contribuir en este rubro.
Bourlon y Mao (2016) y Bórquez, Bourlon y Moreno (2019) definen al turismo cultural de
contenido científico como la relación con el turismo cultural, pero con una intención científica; es
decir, desde su contenido e interpretación científica. Por lo general se le considera como aquellos
viajes educativos organizados, estructurados y elaborados en torno a un tema científico. Un grupo
restringido de turistas, deseosos por aprender y experimentar, realiza las actividades propuestas.
[…] los viajes educativos son guiados por especialistas del área que comparten su experticia y
permiten a los turistas aprender mientras viven una experiencia única. Así también, estos autores
definen al turismo de eco-voluntariado científico la cual se da con la participación directa y activa
del viajero (turista/voluntario) en la construcción de algún proyecto de investigación. Ya sea con
fines de conservación o revalorización de los patrimonios culturales y naturales. Comúnmente
este tipo de actividades se desenvuelve dentro del universo de organizaciones civiles sin fines de
lucro, educativas o comunitarias. Debido a la situación ambiental por la que atravesamos
actualmente, existe un crecimiento en la población interesada –principalmente estudiantes
universitarios- a participar en temas relacionados con investigaciones científicas que buscan
encontrar solución a problemas relacionados con el medio ambiente.
Pawlowska (2011) considera que la movilidad estudiantil está dada por el interés a lo cultural que
por cualquier otra razón y para ellos se basa en el concepto de turismo cultural abordado por
Montaner (1991), quien considera por turismo cultural como el conjunto de actividades que se
desarrollan con el fin de facilitar al turista unos conocimientos con el objetivo de ampliar su
cultura desde una perspectiva del tiempo libre y de la civilización del ocio. Dentro de esta
tipología de turismo se podrían incluir, entre otros, asistencia a cursos, seminarios, simposios
culturales y cursos de idiomas. Kennett (2002) se podrían incluir dentro del turismo cultural los
desplazamientos a un país extranjero para aprender el idioma y su cultura, aunque no se utilicen
las mismas instalaciones que las típicamente asociadas al turismo cultural.
Otras de las tipologías relacionadas con el turismo académico es el turismo idiomático. Según
Pawlowska (2011) el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España (2008) adapta la
definición de turismo realizada por la OMT (1994) al conceptuar el turismo idiomático como “las
actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su
entorno natural por un período de tiempo consecutivo inferior a un año, con el fin de hacer una
inmersión lingüística en un idioma distinto al de su entorno”. (Pawlowska, 2011, pp.17). García,
Cabada y Bonilla (2005) abordan otra tipología del turismo académico conocida como el turismo
educacional, que comprende los viajes realizados tanto por los estudiantes como por los