
Oscar Fabián Moncayo Carreño, Victoria Elvira Torres Moreno, Mariela María Martínez Roselló
Revista Mikarimin. Publicación cuatrimestral. Vol. VI, Año 2020, No. 2 (Mayo-Agosto)
diseñadas a partir de la discusión en clases y no son propuestas por los estudiantes, son
elaboradas siempre por los docentes; el 98% exigen una sola vía de solución, mientras que el
74% exige dos soluciones lógicas (semicerradas) y el 98% ofrecen los datos necesarios y
suficientes para su solución. Estas características constituyen limitaciones para poder evaluar el
ascenso de los estudiantes hacia su zona de desarrollo potencial.
Por otra parte, el 98% de las tareas empleadas en las asignaturas de la especialidad se caracterizan
por la poca problematicidad y la pobre implicación emocional de los estudiantes durante su
resolución. Se debe señalar, además, que el 99% han sido empleadas como el medio práctico
para la reproducción del conocimiento recibido por los estudiantes y no como medio de
aplicación de lo conocido.
De las preguntas realizadas a los estudiantes durante los turnos de clases controlados, se
registraron 145 y se observó que existe una tendencia marcada a utilizar en clases las preguntas
de carácter reproductivas, lo cual genera respuestas de esta naturaleza. Las más comunes fueron
las del tipo ¿qué conocen por , ¿a qué se llama...?, ¿cuál es la característica de ...?, ¿qué se
entiende por...?, ¿qué es...?. .Además no se valoran las respuestas ofrecidas por los estudiantes.
Lo anterior evidencia que se pierden posibilidades en clases para estimular el aprendizaje
desarrollador. Ello se evidencia en que la suma de las categorías 1.a y 1.b que la determinan
resultó ser 467 para un 58.9 % de todas las analizadas, 37.8 % pueden clasificarse como de
tratamiento moderado y 3.1 % como de buen tratamiento.
En cuanto al origen de las tareas utilizadas en las clases, la tendencia es la utilización de los
diseños propuestos en el texto sin tener en cuenta la experiencia de los estudiantes. Dentro de esta
tendencia fueron clasificadas 178 de las tareas empleadas para un 96,2 %. En el 91,8 % de los
casos, el profesor elaboró la situación sin tener en cuenta la experiencia y opinión de los
estudiantes. Se observa una marcada tendencia a ignorar la las posibilidades que tienen los
estudiantes para elaborar tareas que ellos mismos solucionarán.
En relación con la variable valoración que se realiza con las respuestas a las situaciones de
aprendizaje, se evidenció la tendencia a no realizar ninguna. De las 97 respuestas registradas,
en 85 no se realizaron valoraciones de las respuestas para un 87,6 % y en 12 el profesor realizó
la valoración sin explorar la opinión de los estudiantes para un 12,4 %. Respecto a las tareas
utilizadas en las clases la situación se comportó de la siguiente manera: de un total de 185
procesadas, 168 (90,8 %) eran cerradas; solamente en 17 de ellas (9,2 %) se pedía dar más de una
respuesta. Lo anterior evidencia la tendencia en esas tareas de no atender a las potencialidades de
desarrollo de la profundidad del contenido.
Al realizar las valoraciones de las respuestas dadas por los estudiantes, en el 70 % (35 clases) de
las clases observadas el docente, en pocas ocasiones, daba oportunidad a la discusión por parte
de sus puntos de vista; solo en el 20 % (10 clases), casi siempre el docente discute las respuestas
con los estudiantes y en el 10 % (5 clases), en ocasiones no se valora la respuesta. Como se
evidencia, la tendencia en la actividad de análisis de los resultados de las tareas es no realizar
valoraciones.
Por otra parte, el 92 % (46 clases) de las clases observadas, demuestran que la enseñanza en la
asignatura, está centrada en la transmisión mecánica, estática de la información técnica que se
desea que manifieste el estudiante en ciertas situaciones previamente determinadas, por una parte,
y en la técnica o estrategia de trabajo del profesor, por otra, más que en el nivel de desarrollo del