La comunicación es un proceso que, como se ha señalado ampliamente en la literatura, se organiza a
través de dos formas esenciales: verbal y extraverbal. La comunicación extraverbal consiste en un
comportamiento del hombre que transmite significados sin palabras, por lo general este tipo de
comunicación sirve de completamiento del lenguaje verbal, aunque puede servir, entre otros
casos, como información en sí misma, siendo significativa y afectando, desde el punto de vista
emocional, al sujeto receptor de la información.
La comunicación verbal es una forma esencial de relación entre los hombres que haciendo uso de la
lengua permite la comunicación e influencia mutuas; contribuye a la transmisión de experiencia, de
hábitos, así como a la aparición y satisfacción de necesidades espirituales del hombre y permite formar su
intelecto general, las peculiaridades de su pensamiento, la memoria, sentimientos y voluntad. Se dice
algo, para algo, para alguien. De ahí la importancia de saber decir. A su vez, la comunicación verbal
puede ser oral o escrita. Constituye objeto de estudio en este artículo la comunicación oral, vista como
“el proceso que posibilita el intercambio de mensajes, de manera inmediata, a partir de la interacción y
la influencia que ejercen los interlocutores, en el que emplean signos del código verbal y no verbal
según la intención, la finalidad y la situación comunicativas en que se desarrolle”. (Sevillano, citado
por Domínguez García, 2013, p. 128)
En esta definición la comunicación oral se da cuando existen zonas comunes de experiencia o
relación entre emisor y receptor, de modo que cada uno de los participantes tiene la posibilidad de
reaccionar inmediatamente a la acción del otro.
Es importante resaltar que la comunicación oral se produce mediante sonidos y tiene carácter temporal;
los interlocutores comparten y construyen un mismo mensaje; de ahí que puede estructurarse de forma
más libre, ya que, existe contacto físico y esta proximidad determina que los estímulos y respuestas
sean inmediatos; por tanto, es más ordenada porque se utiliza más tiempo para pensar y preparar lo que
se quiere comunicar. Es dinámica, busca la comunicación inmediata. Una buena comunicación oral
requiere, además de sencillez en el discurso, del empleo mínimo de palabras, hablar en forma concisa y
lógica, fuerza expresiva y considerar que el que escucha es ser humano.
La comunicación oral, como forma de actividad humana, es un proceso esencial para la vida del ser
humano, en tanto el sujeto psicológico se encuentra permanentemente inmerso en un sistema
interactivo y en ningún momento pierde esa condición a lo largo del desarrollo, pues el hombre se
implica como personalidad en el proceso comunicativo, y al mismo tiempo condiciona su bienestar
emocional y la atmósfera psicológica del grupo humano con el cual interactúa.
Como instrumento de la actividad psíquica está vinculada indisolublemente al desarrollo de la actividad
cognoscitiva, sirve como medio de planificación de la actividad y ejerce una influencia reguladora de la
actividad de la personalidad, porque con su ayuda tiene lugar la interacción adecuada entre los
estudiantes en el desarrollo de la actividad conjunta, porque mientras más ricas y variadas sean las
relaciones que establece con la realidad y con los demás, más polifacética, profunda y desarrollada será
su personalidad, al poder influenciar sobre los demás a partir del contenido de la comunicación.
Toda persona al comunicarse actúa en un sistema de relaciones sobre la base de representaciones
conscientes y lo hace a través de un estilo que le permite una mayor o menor comunicación con los
demás, asumiendo uno u otro rol indistintamente (emisor o receptor). Esta relación humana implica,
además, una configuración subjetiva a nivel personológico, la cual se expresa a nivel consciente en la
representación del sujeto sobre la relación con otros sujetos. Esta relación permite explicar que en la