situaciones similares, no lo hacen. La Resiliencia persigue fomentar la salud mental y la
superación satisfactoria de estas situaciones de adversidad.
A través del tiempo, las diferentes respuestas de Resiliencia han sido consideradas como poco
habituales, e incluso patológicas. En la era actual, los trabajos científicos demuestran que la
Resiliencia es una forma saludable de ajustarse ante la adversidad
Diferentes y numerosos estudios muestran que la Resiliencia es un fenómeno común entre las
personas que se enfrentan a experiencias adversas y que surge de funciones y procesos
adaptativos normales del ser humano (Masten, 2001).
Desde la perspectiva norteamericana se sugiere que el término Resiliencia sea reservado para
denotar el retorno homeostático del sujeto a su condición anterior, utilizando otros términos como
florecimientos, o crecimientos postraumáticos para hacer referencia a la obtención de beneficios
o al cambio a mejor tras la experiencia traumática. La Resiliencia refleja la habilidad o capacidad
para mantener un equilibrio estable durante todo el proceso (Bonano, 2004)
Desde los comienzos en el estudio en Resiliencia en los años 60, hasta nuestros días, son muchas
las definiciones propuestas sobre este término. Todas estas definiciones tienen en común tres
ideas, que resultan fundamentales para entender el concepto de Resiliencia:
- Resiliencia como proceso, y no como algo acabado. Todos los autores coinciden en
señalar que Resiliencia no es algo acabado, o algo que algunos tienen y otros no, en todas
las definiciones aparece la idea de proceso, y por tanto, de aprendizaje.
- Resiliencia como producto de la interacción entre persona y entorno. Aparece la idea de
que la Resiliencia depende de factores ambientales y personales, y de la interacción de
estos.
- Resiliencia como habilidades o capacidades para enfrentarse o resolver de manera
adecuada situaciones adversas, de riesgo o de exclusión. Así la Resiliencia se infiere de
las conductas llevadas a cabo en situaciones adversas. (Carretero Bermejo, Raúl, 2010)
En mi caso, se puede definir la resiliencia como la capacidad, producto de la interacción de un
sinnúmero de variables y factores tanto personales como ambientales, que obligan al ser humano
a enfrentarse y resolver, de manera coherente con su entorno socio-cultural, las diferentes
situaciones de adversidad, permitiéndole alcanzar una situación estable a su medio.
Queda demostrado también que ningún factor ambiental o variable personal es necesaria o
suficiente para producir Resiliencia, sino que ésta es producto de la interacción de diferentes
factores ambientales y variables personales. Esta información, fruto de la investigación en
Resiliencia, considerada desde el ámbito de la intervención social, implica: - Qué Resiliencia sea
fruto de habilidades ordinarias y procesos habituales significa que se puede fomentar en todas las
personas, se puede trabajar el desarrollo de Resiliencia en todas las personas objeto de
intervención. Este trabajo dotaría a las personas objeto de intervención de una herramienta muy
útil para hacer frente a sus diferentes situaciones. (Carretero Bermejo, Raúl, 2010)
El impacto del COVID-19 implica un alto costo social y económico en la región, considerando
que casi el 99% de las empresas latinoamericanas son MYPIMES, las cuales representan el 67%
del empleo. En las MIPYME también se consideran a las asociaciones de vendedores ambulantes
y micro emprendedores, quienes a menudo son los únicos que alcanzan al cliente final con bienes
y servicios esenciales. Debido a las medidas de distanciamiento social adoptadas por los
gobiernos de toda la región, muchas MIPYME que no pueden realizar la transición al teletrabajo